¿Sabías que en México ocurren 2.4 millones de accidentes automovilísticos cada año? La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) reveló que las pérdidas por dichos siniestros alcanzan 1.7% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
De acuerdo a estas cifras, los choques viales cuestan al país un total de 308 mil 210 millones de pesos, una cifra semejante al presupuesto nacional para la Educación Pública, que este año sumó 303 mil millones de pesos.
Muerte, lesiones y pobreza, condena para víctimas
Por si fuera poco, la AMIS evidenció que por cada persona que muere en un accidente de tráfico, hay por lo menos otros 20 que tienen lesiones importantes no mortales, lo cual tiene un impacto grave en la calidad de vida de los afectados.
“Muchas familias, sobre todo de ingresos bajos o medios, caen en la pobreza después de que alguno de sus integrantes sufre un incidente de tránsito, ya sea por falta de ingresos, por el costo prolongado de la atención médica, la rehabilitación o fallecimiento”, señaló el director de autos y daños de organización, Luis Álvarez.
El directivo indicó que la mayor parte de las muertes por accidentes viales se registran contra los peatones, con una tasa de 22% de los casos; seguido por los motociclistas, con una incidencia de 20%, y los ciclistas, con índice que 2% de los fallecimientos.
Otro porcentaje elevado de los decesos, apuntó el funcionario de la AMIS, golpea a los ocupantes de vehículos, con una proporción promedio de 35%. «En casi todos por exceso de velocidad en que incurren los conductores».
Seguros, escudo contra las pérdidas económicas
En este contexto, Luis Álvarez señaló que el seguro es una herramienta financiera eficaz contra el impacto que causan los gastos legales, hospitalarios, daños a terceros y demás pagos que provocan los accidentes de tránsito.
«Nadie ha quebrado por pagar su póliza de seguro; sin embargo, muchas familias han quedado en la ruina, en la pobreza, por no tenerlo”, apuntó.
Refirió que cuando un automovilista contrata una póliza para su auto con la cobertura mínima, que es la de Responsabilidad Civil, la indemnización por el daño causado hasta el monto de la suma asegurada contratada está a cargo de la compañía de seguros y el excedente corre por cuenta del responsable.
En este contexto, la AMIS recomendó revisar el monto máximo de cobertura a quienes cuentan con una póliza y así garantizar la protección a las personas, las familias y las empresas.
TAMBIÉN TE RECOMENDAMOS LEER: