Amanda Seyfried seduce de buena y de mala

Amanda Seyfried asume grandes desafíos en cada película, sus papeles van desde una joven inocente enamorada hasta una leyenda de las cintas porno

Su rostro ha cobrado popularidad en los últimos años, pero, pese a su paso firme por Hollywood, a Amanda Seyfried la siguen poniendo nerviosa las entrevistas, así que toma un té para relajarse mientras Publimetro comienza la charla, en la que habla de su próximo estreno en México: Mejor…¡Ni me caso!, que llegará a salas comerciales el viernes.

Con voz suave, la también cantante –así lo demostró en Los Miserables– se encuentra en una faceta laboral muy productiva, ya que tiene en puerta ocho filmes. Duran-te la platica no ocultó que es una mujer tímida pero, como ella lo comentó, el miedo se le quita al momento de trabajar. Así que si se trata de despojarse de su ropa y simular sexo oral como la estrella porno Linda Lovelace, o cantando ópera como en Los Miserables, la actriz de 27 años de edad está dispuesta a asumir todos los riesgos y desafíos.

Con la comedia Mejor…¡Ni me caso! ofrece otro lado de su versatilidad, en la que interpreta a una novia que se ve atrapada en los locos antecedentes familiares de su prometido. En la cinta actúan Robert De Niro, Diane Keaton y Susan Sarandon, entre otros grandes actores, que definió como sus ídolos.

Ya trabajas con los grandes, ¿qué te han enseñado?

— Actuar para mí es la máxima felicidad y que pueda hacer un personaje me alegra el alma. Tengo que esforzarme al máximo cuando estoy trabajando con mis grandes ídolos, así me pasó con Meryl Streep en Mamma Mia! Trabajar con elencos increíbles, me hizo ser más centrada y a no perder nunca la humildad. Además, todos son personas con gran corazón a quienes no les importa compartir sus experiencias con los “novatos”.

¿No te gusta encasillarte?

— ¡No! Me encanta hacer diferentes tipos de historias. Gran parte de la emoción de la acción viene de dejar volar la imaginación y jugar con los aspectos psicológicos; es como dar de comer a todas mis fantasías, es una gran catarsis (risas). No importa si hago un personaje bueno, malo, tierno o una bruja.

Creo que me estoy ganando el respeto de todos los acto- res brillantes con los que he tenido la suerte de trabajar.

Vas con personajes cómicos a polémicos como en Lovelace, ¿te diviertes?

— Es un cambio agradable, tengo un lado gracioso también; todo lo que me gusta es explorar y hacer variaciones que provoquen una cara de sorpresa entre la gente.

¿La comedia te sienta bien?

— Me divierto mucho, he hecho varias cintas de comedia, y ahora más porque tuve la oportunidad de trabajar con Robert De Niro y Diane Keaton. Crecí viendo sus películas y la admiración va más allá de sus carreras.

¿Eres de las que piden consejos a los actores consagrados?

— (Risas) Ya no tanto. Al principio no podía evitar preguntar. Este negocio tiene sentido de comunidad y me siento como que estoy llegando a ser parte de ella.

¿Cómo cambias de la gran estrella de Hollywood a mujer “normal”?

— Yo vivo muy tranquila. Me gusta pasar mucho tiempo sola, leyendo o viendo películas. Cuando filmó, en los ratos de pausa me gusta esperar en mi remolque o en la habitación del hotel. Soy la persona más normal del mundo y disfruto cada detalle de la vida.

Amanda Seyfried mantiene su buen paso por el Séptimo Arte, que se ha rendido a su belleza y talento actoral, por eso es una de las mujeres preferidas de Hollywood.

Así lo dijo

“Comencé a ser conocida en papeles románticos y ahora que he hecho películas de suspenso, musicales y más intensas como Los Miserables y Lovelace, la gente me ve como una actriz más completa; eso me gusta”.

Desborda sensualidad

En la cinta Lovelace, Amanda Seyfried confesó que fue un trabajo con mucha carga emocional.
“Lovelace llega en un momento muy importante en mi carrera. Esta película fue muy agotadora y me tomó un tiempo para recuperarme emocionalmente; fue una experiencia intensa debido a todas las escenas de violencia más que las de sexo. La parte más difícil de Lovelace fue imaginar los golpes terribles que sufrió. Eso me dio miedo, pensar que la actriz porno lo vivió.

“Su nombre se asoció siempre con una película, Garganta profunda, y eso fue sólo un pequeño capítulo de un viaje muy oscuro. Lo que me sorprendió cuando estaba investigando el papel era como ella no era sexualmente muy audaz, era promiscua; pero ya la verán cuando llegue a la cartelera en México”, concluyó.

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