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Su inocencia y picardía fueron ganchos para atrapar la atención de los televidentes más jovencitos, pero ni Mickey Mouse logró que “sus estrellas” conservaran su inocencia.
El más reciente caso lo protagonizó Hannah Montana, hoy más conocida como Miley Cyrus, quien dejó olvidado su personaje de pelucas rubias, para mostrar a una jovencita de cabeza rapada, labios rojos, poca ropa y mucha lengua, en su presentación de la entrega de los Video Music Awards del canal MTV, el domingo anterior.
La estrella, de 20 años, interpretó a Hannah desde que tenía 14 y abandonó al personaje cinco años después.
El primer indicio de la “nueva Miley” fue con su canción Can’t be Tamed (2010), pieza con la que cambió radicalmente su estilo de niña buena por uno más atrevido. Pasó a cantar frases como “estoy tan caliente como cada hombre que me presta atención”, y apuntó a los VMA para dar su más fuerte presentación en vivo.
Según afirmó el consultor de mercadeo Gustavo Vargas para el sitio La Nación, el show de Cyrus en los MTV fue una estrategia para subir su popularidad y ¡lo logró!, recibiendo más cobertura mediática que Lady Gaga y Katy Perry.
“Definitivamente, es un tema mercadológico; cada una de estas estrellas, al crecer, sufre una transición y no sabe si va a seguir siendo perseguida como niña o no. Los mánager buscan que su artista sea más versátil, y tome un camino dirigido al nicho de mercado al que quieren llegar”, explicó el experto.
Ahora, fotografías como éstas sólo quedarán para el recuerdo de sus pequeños fans, quienes hoy probablemente no reconocen a la artista, quien claramente ha dejado atrás toda su inocencia, queriendo deshacerse de estos vínculos con el club Disney.
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