INFO NombresW by Ivan Alberto Cabrera Machorro
Yotuel, Duho, Yoem e Ita Livi forman parte de los 60 mil capitalinos que nacieron el año pasado y que tienen algo en común: un nombre único que no se repite en los expedientes del Registro Civil del DF de 2012.
Los chilangos con nombres únicos en la ciudad representan 38.3% de los 156 mil 480 niños registrados en 2012 ante dicha institución.
Sylvia Gutiérrez, antropóloga y académica del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana, explicó que los papás optan por un nombre inusual porque buscan originalidad, que suene bonito o sea exótico.
“A los chicos les molesta el nombre cuando suena feo o resulta extraño. Entonces, los papás sí necesitan tener cierta responsabilidad a la hora de elegir el nombre de sus hijos, para que no los expongan a burlas”, planteó.
En opinión de Gutiérrez, es importante conocer el significado del nombre antes de tomar una decisión y que vaya de acuerdo con el contexto familiar e, incluso, el apellido. “Uno muy mexicano con un apellido extranjero no combina y tampoco hay que exagerar; para qué predisponer a alguien a ser Linda o Regina, que quiere decir reina”.
Sobre el tema, Josep M. Albaigès, escritor y autor de distintos ejemplares sobre onomástica, como El libro de los nombres de niño y niña y El gran libro de los nombres, explicó a Publimetro que parte de los nombres únicos que obran en el Registro Civil del DF “son de fantasía, inventados, como Yotuel (yo, tú, él), el cual no es único –en Latinoamérica–, pues lo he viso en Cuba”.
“Otros son variantes ortográficas más o menos caprichosas de nombres verdaderos: Adaiah (Adaia), Calebl (Caleb), Hiwet (Yvette), Habib (Abib), Leah (Lea)”, añadió.
A decir de Héctor Maldonado, director del Registro Civil del DF, los 60 mil nombres únicos (solos o combinados) pueden resultar curiosos para algunos, pero no para los papás, quienes tienen la última palabra por encima del exhorto del juez a no optar por uno peyorativo o carente de significado.
A respetarnos: Conapred
Hilda Téllez Lino, d irectora general adjunta de Quejas y Reclamaciones del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación
El nombre es un derecho fundamental y la forma como se identifique a las personas en vida y después de muertas. Todas tienen derecho a su dignidad y nadie tendría por qué hacer burla o mofa del nombre.
Sin embargo, todo aquello que es diferente en cuanto a edad, nacionalidad o sexo tiende a recibir una conducta discriminatoria y el nombre sí puede ser objeto de burla. Sólo hemos tenido un caso en el que la persona era objeto de burla en su trabajo por su nombre, intervinimos y esto cesó. Como sociedad hay que respetar y aceptar todas las diferencias y tener claro que el nombre puede marcar la vida de un hijo o una hija.