Algunas noticias desafían la coherencia y superan la realidad. En México, hay momentos que sobresalen y se convierten en tema informativo por la rareza, la crueldad o la pena ajena que causa por las explicaciones que se dieron sobre estos casos.
Aquí les dejamos cinco sucesos que llegan a ser inverosímiles:
Paulette: En el año 2010, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México cerraba uno de los casos que conmovió a la sociedad: la muerte de la niña Paulette. El entonces procurador Alfredo Castillo presentó un video para explicar cómo había sido posible que sus elementos no hubieran encontrado a la menor. Cabe recordar que Paulette, según la PGJEM, siempre estuvo debajo de su cama. Ahí murió asfixiada.
Dijo que la única responsable de la muerte había sido la propia menor, pues tenía la capacidad motriz para trasladarse al lugar donde hallaron su cuerpo, “pero no para salir de ahí”. Además, explicó que nunca lograron percibir un olor a descomposición por la cantidad de cobijas que cubrían a la niña.
Deslindando siempre a sus elementos, y a él mismo, dijo que el único error de los investigadores, los padres y las niñeras había sido no buscar en la base de la cama.
El Coqueto: en febrero de 2012, la PGJEM informó la detención de César Armando Librado Legorreta, el Coqueto, un feminicida que violaba y mataba a sus víctimas en el camión que conducía en el Estado de México. Sin embargo, la noticia tomó grandes vuelos cuando se dijo que había escapado al estilo MacGyver de la Subprocuraduría de Tlalnepantla.
De acuerdo con Alfredo Castillo, el detenido logró escaparse luego de que sus celadores se durmieron. Primero se quitó las esposas que tenía en las manos y los pies. Después, usó los cables de teléfonos y computadoras para hacer una cuerda con la que escaparía desde el tercer piso del edificio donde se encontraba.
Como era de suponerse, la “cuerda” se rompió y cayó al vacío. Con múltiples fracturas en su cuerpo, logró arrastrarse hasta la vía López Portillo y fue auxiliado por un conductor que en lugar de llevarlo al médico lo dejó en la casa de su medio hermano. Al final, fue recapturado en la colonia La Malinche, en Magdalena Contreras, el 3 de marzo. Fue acusado formalmente de seis asesinatos y se le sentenció a 301 años de prisión.
El Lazca: El líder de Los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano, el Lazca, fue abatido el 7 de octubre de 2012 por elementos de la Marina-Armada de México en Progreso, Coahuila. Lo que pudo ser uno de los golpes más fuertes contra el narco en el cierre del sexenio de Felipe Calderón, fue empañado por el robo del cuerpo.
Para comprobar que uno de los criminales más buscados en México y Estados Unidos había muerto, las autoridades difundieron imágenes del cuerpo sobre una plancha mortuoria. Dijeron que fue identificado con base en las huellas dactilares tomadas antes de que un comando entrara por el cuerpo de el Lazca, y un integrante más de la célula.
Hasta el momento, el paradero del cuerpo no se conoce. Se exhumaron algunos tejidos de los padres del líder zeta para comprobar de una vez por todas que Heriberto Lazcano había sido abatido.
Pozolero: en enero de 2009, como si hubiera salido de un libro de ciencia ficción, Santiago Meza confesó que había disuelto en sosa cáustica a 300 personas por órdenes primero del cártel de los Arellano Félix y después del Cártel de Sinaloa. Por la forma en la que desaparecía a las víctimas fue conocido con el mote del “pozolero”.
Fue detenido en un campo turístico en la carretera Escénica Ensenada-Tijuana. Al ser presentado, lloró ante los medios y pidió perdón a los familiares de sus víctimas. Algunos dijeras que no se asumía como narcotraficante, simplemente hacía un trabajo que le “había tocado”. Cuando fue detenido, publicó El Universal, rezaba con fuerza dentro del vehículo militar.
Cuando fue interrogado por las autoridades, afirmó que la “receta para pozolear” había venido de Israel, e incluía dos tambos, kilos de sosa, guantes de látex, máscaras contra gases tóxicos y un par de “maestros” que le explicaron cómo hacer el “pozole”.
Ayotzinapa: uno de los momentos más serios en la historia del país fue la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero. La versión de la PGR arroja que el grupo criminal Guerreros Unidos secuestro, asesinó e incineró al grupo de estudiantes en un basurero en Cocula, por órdenes del ex alcalde José Luis Abarca. Esta explicación de la independencia no ha dejado satisfechos a los padres de familia de los alumnos ni a organizaciones civiles.
El caso tiene en la mira a policías municipales y elementos del Ejército mexicano. La clase política también está bajo los reflectores y en general se mantiene la incertidumbre en el país y en el extranjero, a tal grado que las autoridades tuvieron que ir a la ONU a explicar el caso de desapariciones forzadas. La pregunta recurrente es: ¿cómo pueden desaparecer 43 personas sin que nadie haya visto algo?
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