Aunque a las autoridades no les consta la aparición de otros cadáveres colgados de puentes en la Ciudad de México, se trata de un fenómeno que sí se ha registrado en otras zonas del país y se ha vinculado a ajustes de cuentas entre organizaciones criminales que se lanzan mensajes entre sí y a las autoridades y la sociedad a través de la exhibición de cadáveres que, en ocasiones, van acompañados de mantas y carteles explicativos.
En estados como Guerrero, Sinaloa o Cohauila han aparecido cuerpos ahorcados con mensajes de organizaciones criminales, sin embargo ha sido en las ciudad fronterizas de Nuevo Laredo, en Tamaulipas, y Monterrey, en Nuevo León, donde entre 2012 y 2013 se centraron los ojos del país entero debido a que frecuentemente se reportaban este tipo de crímenes.
Algunos de los casos que más escandalizaron fueron el de un adolescente herido de bala y colgado vivo por un comando armado de un puente vehicular de Monterrey en enero de 2011.
El 4 de mayo de 2012 cinco hombres y cuatro mujeres fueron colgados en un puente sobre la carretera Monterrey-Nuevo Laredo con un mensaje que los identificaba como miembros del cártel del Golfo.
El 14 de septiembre nueve hombres fueron asesinados y colgados de un puente en Nuevo Laredo, las cuales presentaban huellas de tortura, además de que los autores dejaron un mensaje.
El 9 de agosto del mismo año en Monterrey se hallaron dos cuerpos colgados en un puente peatonal de la avenida Fidel Velázquez por miembros de la delincuencia organizada.
Incluso en 2014 el fotógrafo de Vanguardia, Christopher Vanegas, ganó el tercer lugar en Temas Contemporáneos por su fotografía “Las víctimas de la delincuencia organizada”, una imagen que retrataba a miembros del crimen organizado en Saltillo, Coahuila en 2013.
Las autoridades capitalinas han repetido a menudo que la ciudad está a salvo de la ola de violencia y las luchas por el control territorial entre las organizaciones del crimen organizado que asolan otras zonas del país.
En 2012 aparecieron dos cuerpos decapitados en el interior de un vehículo aparcado en la entrada de uno de los centros comerciales más lujosos de la capital México en el barrio Santa Fe.
En aquel caso, junto a la pareja, apareció una nota escrita que llevaba la firma de la pandilla “Mano con Ojos”, una escisión del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.