En Oaxaca la elección que se avecina no será exclusivamente por los partidos políticos tradicionales, pues el magisterio disidente ya levantó la mano y anunció que también comenzará con el proselitismo. Nos dicen que la mayor parte de los maestros apoyará a Morena y al presidente nacional de ese instituto político, Andrés Manuel López Obrador, y el acuerdo –de obtener el triunfo– será el de impulsar la promulgación en el Congreso del estado una nueva Ley Estatal de Educación de conformidad con el proyecto que avaló la Asamblea Magisterial de la sección 22, situación que no sería bien vista en la oficina del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño.
El Senado de la República y la Secretaría de Relaciones Exteriores están en la antesala de protagonizar un fuerte diferendo y el tema principal es el de los derechos humanos. Nos dicen en el PRD que hay resistencia en la dependencia federal para invitar a México al Relator Especial sobre la situación de las y los defensores de derechos humanos de la ONU, Michel Forst, quien desde el año pasado ha solicitado venir a territorio nacional. El Relator Forst pidió que sea invitado durante los días 18 al 29 de abril de 2016; sin embargo, el gobierno mexicano no ha confirmado las fechas en las que se llevará a cabo dicha visita, lo que se interpreta como una decisión que traerá enojo en varios sectores de la sociedad civil.
Que en la SEDEMA a cargo de Tanya Müller no sólo se autoplagian –como lo publicó el viernes pasado El Universal sobre los informes de labores anuales de dicha dependencia– sino que incluso lo hacen con trabajos de gobiernos anteriores. Por ejemplo al ProAire 2011-2020 que se preparó y se lanzó en 2011 le quitaron carátula y créditos de los funcionarios de la administración de Marcelo Ebrard y se pusieron los de la actual de Miguel Ángel Mancera. En los créditos se lee el nombre de Müller; del mismos Mancera y de otros como la doctora Mercedes Juan, quienes por aquel entonces no tenían los cargos que actualmente se les atribuyen en ProAire 2011-2020.
En medio de la controversia por la politización de la Pasión en Iztapalapa –por los vínculos de algunos organizadores con el PRD– y de señalamientos de presunta corrupción por la renta de caballos para la representación de Semana Santa, los organizadores de la misma decidieron pintar los escenarios principales de ¡Rosa Mancera! A los escenarios donde se llevarán a cabo pasajes bíblicos como la última cena y el juicio de los romanos contra Jesús los pintaron con detalles y el color oficial del gobierno capitalino; sólo les falta el sello de CDMX.