El Papa Francisco tiene un “sexto sentido” porque es capaz de identificar a un enfermo o un necesitado en medio de miles de personas y ese es un don especial que siente en su corazón, reveló uno de sus más estrechos colaboradores.
En entrevista con Notimex, Guillermo Karcher, ceremoniero pontificio que funge como secretario privado del pontífice, reveló algunos detalles poco conocidos sobre el primer aniversario del papado de Jorge Mario Bergoglio.
Recordó que en una ocasión entre el público había un parapléjico y él detuvo el papamóvil, bajó, lo saludó y lo bendijo. Al día siguiente yo le pregunté cómo había advertido en medio de la multitud la presencia de esta persona necesitada del contacto con Pedro. El me respondió: ¡Yo lo siento!.
Cuando me lo dijo di un paso atrás y pensé, “acá estoy ante su santidad”. Para descubrir la necesidad en medio de miles de personas se necesita de un “sexto sentido”, hay algo más.
Empleado del Vaticano desde hace más de 22 años, Karcher presintió la elección de Bergoglio el 13 de marzo de 2013 cuando, en su puesto de ceremoniero, estaba afuera de la Capilla Sixtina y sintió la presencia de la Virgen de los Desatanudos, imagen a la cual está muy ligado Bergoglio.
“Si sale Bergoglio, ¿me das el micrófono?”, le dijo inmediatamente a otro de los ceremonieros que tenía la tarea asignada de sostener el aparato al nuevo Papa. Así fue, cuando apareció el cardenal argentino vestido de blanco, él lo acompañó hasta el balcón de la Basílica de San Pedro.
“Cuando salimos al balcón, él iba a tomar el micrófono y yo lo aferré fuerte. Habrá pensado “quién se atreve a tanto. Entonces, me vio y dijo ¡sos vos!. Le respondí, bajito, hable tranquilo”, reveló.
“De ahí en más fue mi admiración por ver a una persona que se mostraba al mundo con tanta seguridad, con palabras tranquilas que conquistaron al mundo”, añadió.
Karcher, que trabaja en Roma pero depende todavía de su arquidiócesis de origen, Buenos Aires, aseguró que en Francisco se ve la continuidad de Bergoglio, al menos en la forma de ser sencilla, coherente y profunda.
Al mismo tiempo reconoció que nota en el Papa un “carisma especial”, una serenidad y seguridad que le permite estar tranquilo a la hora de tomar las decisiones.
Sostuvo que antes el arzobispo argentino era un poco más serio y reflexivo porque estaba cerca de su retiro y ya había llegado su jubilación, pero el mandato apostólico le dio un nuevo entusiasmo.
Contó algunos detalles de la jornada diaria de Francisco, quien se levanta antes de las cinco de la mañana, reza solo en su habitación y prepara la homilía de la misa, que celebra todos los días a las siete de la mañana en la capilla de la Casa Santa Marta.
“Después de la misa recibe a todos los que participaron y los saluda. Desayuna en el comedor de Santa Marta. Al terminar sube al segundo piso, donde vive, para preparar las cosas del día. Yo llegó a las 09:00 horas, hablamos un rato, le pregunto siempre como está porque esa es mi preocupación, lo veo como un padre”, explicó.
“Es una relación de familiaridad y confianza. Ahí empieza a recibir gente, incluso los martes. El no sabe hacer paréntesis, se vio en las vacaciones de verano y se ve en esto. Le gusta trabajar siempre, estar activo”, apuntó.
Catalogó como “la teología del encuentro” el deseo constante del Papa por encontrar gente, todas las tardes después de su comida a la 13:00 horas y más de 45 minutos de reposo. Un ejercicio que se extiende hasta las 19:00 horas cuando reza, cena y sigue trabajando hasta acostarse a las 22:00 horas.
El sacerdote aceptó que el Papa Francisco trabaja mucho, pero descarto que se esté excediendo. También afirmó que el pontífice relativiza la “franciscomanía”, aunque la acepta porque es consciente de su calidad de “personaje público”.
Asimismo reveló que no hace caso a las críticas porque una característica del Papa es la libertad de espíritu, lo cual le permite moverse convencido de sus decisiones y afrontar todo con serenidad.
“El lleva la espiritualidad de Santa Teresita, la sonrisa le viene de ella. Una sonrisa permanente, sincera, que conserva incluso en momentos de grandes reflexiones e importantes decisiones. A veces le he preguntado si no se preocupa, pero él sigue con su serenidad”, estableció.
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