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Héctor Luis Palma Salazar, uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa y mejor conocido como “El Güero Palma”, fue trasladado al penal del Altiplano en el Estado de México por su problable responsablidad en dos homicidios.
La tarde de este miércoles, el capo fue entregado por autoridades de Estados Unidos en la garita fronteriza “Puente Nuevo” en Matamoros, Tamaulipas, donde permaneció resguardado por elementos del Ejército y la Marina en las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM), donde se le realizaron exámenes médicos y psicológicos.
En territorio nacional, personal de la Fiscalía General de Nayarit cumplimentó una orden de aprehensión en su contra por la probable responsabilidad en dos homicidios ocurridos en esa entidad.
La Procuraduría General de la República (PGR) indicó que Palma Salazar permanecerá internado en el Altiplano durante el desahogo del proceso judicial correspondiente.
Además aseguró que la dentención se llevó a cabo con base en el Convenio de Colaboración suscrito en el marco de la Conferencia Nacional de Procuradores de Justicia y se realizó con estricto apego a derecho y pleno respeto a sus derechos humanos.
Cuando se anunció la liberación del capo, la PGR sostuvo que llevaría a cabo una revisión detallada de sus expedientes, a fin de determinar la posible existencia de elementos de prueba relacionados con su probable comisión de delitos.
Palma fue liberado por el Buró de Prisiones de los Estados Unidos el 11 de junio y estuvo en custodia temporal de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE) hasta su repatriación este miércoles.
Fue arrestado por autoridades mexicanas en 2002 bajo una orden de arresto provisional emitida por Estados Unidos y purgó cinco años en una cárcel mexicana hasta su extradición.
Una vez en Estados Unidos, el narcotraficante se declaró culpable ante una corte y fue sentenciado a 16 años de prisión por transportar 50 kilos de cocaína.
Bajo las prácticas de sentencias federales de los Estados Unidos, los cinco años que el llamado “El Güero” Palma pasó en una prisión mexicana contaron como tiempo purgado bajo la sentencia de Estados Unidos.
Como parte del esquema de buena conducta, que forma parte a nivel sistema del Buró de Prisiones de Estados Unidos, se programó su liberación tras haber cumplido 85% de su sentencia.