La Casa Blanca aceptó hoy evaluar una iniciativa de Rusia para colocar las armas químicas de Siria bajo control internacional, pero insistió en la necesidad de que el Congreso autorice el uso de la fuerza.
El vice asesor de seguridad nacional Tony Blinken desestimó por otra parte la amenaza del presidente sirio Bashar al-Assad, quien declaró la víspera que un ataque estadunidense contra su país podría desencadenar todo tipo de respuesta directa e indirecta.
“Es nuestra opinión que el presidente al-Assad de Siria debería tener poco interés en buscar una pelea con los Estados Unidos. No creo que sea probable”, ironizó.
Blinken, quien ha tenido a su cargo la presentación de reportes de información de inteligencia clasificada a más de 180 legisladores, sostuvo sin embargo que la administración Obama valorará la propuesta de Rusia para zanjar el conflicto.
“Hemos visto los reportes. Vamos a revisar la propuesta en detalle, obviamente a discutirla con los rusos y por supuesto saludaríamos una decisión y acción de Siria de deponer sus armas químicas”, señaló.
Blinken dejó en claro sin embargo que la iniciativa de Rusia surgió en medio de la amenaza de Estados Unidos del uso de la fuerza militar contra Siria.
“Por eso es aún más importante que no bajemos la presión y que el Congreso otorgue al presidente la autoridad que pidió”, dijo.
Obama tiene previsto dirigirse a la nación este martes por la noche, para defender un ataque contra Siria, en respuesta al uso de armas químicas el 21 de agosto en un incidente que según Washington dejó mil 429 muertos.
El Senado y la Cámara de Representantes tiene previsto votar esta semana la solicitud presidencial de uso de la fuerza, que tendría características limitadas en tiempo y alcance, y no contemplaría el uso de tropas de infantería.
Una nueva encuesta muestra que seis de cada 10 estadunidenses se oponen a la intervención militar de Estados Unidos en Siria.
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