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Human Rights Watch (HRW) denunció hoy que cientos de civiles, entre ellos decenas de niños, han muerto o resultado heridos por la explosión de minas caseras colocadas por el Estado islámico (EI) en la ciudad de Manbij , en el norte de Siria.
“Las minas antipersona , que con frecuencia se denominan artefactos explosivos improvisados, fueron colocadas por el grupo yihadista, que hasta hace poco controlaba la ciudad”, señaló la organización de defensa de los derechos humanos en un comunicado difundido en su sitio web.
HRW llevó a cabo una investigación entre los pasados 4 y 9 de octubre en Manbij , donde recabó los nombres de 69 civiles, entre ellos 19 menores, que murieron por la explosión de minas en escuelas, viviendas y carreteras durante y después de los combates en esa ciudad.
La organización no descartó que el número de fallecidos sea mucho mayor ya que el personal hospitalario de la zona ha comunicado que han tratado a cientos de heridos por ese tipo de estallidos.
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Entre mayo y agosto pasados, Manbij fue escenario de una ofensiva de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada kurdo árabe, para arrebatar al EI el dominio de la ciudad, que se saldó con la toma de la localidad por parte de las FSD.
“Antes de irse, el EI minó prácticamente todo, incluido, y lo digo literalmente los fregaderos de las cocinas”, dijo el subdirector de Emergencias de HRW, Ole Solvang.
Estos artefactos explosivos ya han matado y herido a cientos de civiles, pero estas cifras aumentarán incluso más cuando vuelvan más personas a sus casas, explicó.
Sobrevivientes de las explosiones de minas y sus familias han relatado a HRW que los civiles que regresan a sus casas tras los combates han muerto o resultado heridos por artefactos colocados en puertas, ventanas, bajo colchones, zapatos, neveras, televisiones y fregaderos.
Zakia Hassan contó que su hijo Ibrahim Hammud, de 35 años, perdió la vida cuando una mina estalló en su cama al regresar a su casa el pasado 12 de agosto, días después de que finalizaron los combates en Manbij .
HRW consideró que las autoridades militares y civiles, así como organizaciones internacionales deberían alertar a las personas que regresan a sus casas en territorios anteriormente controlados por el EI del peligro de las minas.