La crispación política y social que a tres años de las presidenciales aparentemente vive el país, pudiera no ser tal si se toman en cuenta los resultados del reporte ejecutivo de Ipsos, correspondiente a mayo.
En lo que coincide el estudio con el sentir de las redes sociales y el pulso de la calle en los últimos dos años y medio, es en la imagen del Presidente Peña Nieto. Sólo 40% de los mexicanos aprueba su gestión frente a 46% que lo reprueba. Sin embargo, comparado con la imagen de su predecesor, Felipe Calderón, EPN obtiene mejor puntuación que la recibida por el panista en el mismo mes, pero de 2012, año en el que dejó el cargo.
El sondeo realizado por la agencia señala que la intención de voto en cuanto a las curules federales se decanta de nuevo por el bipartidismo en San Lázaro.
La Cámara Baja, según el reporte de Ipsos entregado a Publimetro, estará dividida en 32% de priistas, 20% de panistas, seguidos por el PRD (11%) y Morena (8%).
En lo que respecta al trabajo de los legisladores, los mexicanos lo desaprueban en su mayoría; sólo 31% da su aprobación.
Por otro lado, independientemente de la intención de voto, 44% de los entrevistados cree que el partido tricolor será el vencedor en la contienda electoral del 7 de junio.
Un dato que también se refleja cuando se les preguntó por su ideología. El 29% se autodenominó priista; 23% independiente; y 17%, panista. Sin embargo, y a pesar de que 23% de los encuestados se dice independiente en su sentir político, sus candidaturas no terminan de poner a temblar a los grandes partidos, a excepción de Nuevo León, donde Jaime Rodríguez, el Bronco, se disputa la gubernatura con la priista Ivonne Álvarez.
Análisis de Gilberto Miranda, politólogo y consultor en Altius Consultores.
“Hay una gran decepción”
Hay que decir que después de su momento reformista, (Peña Nieto) ha venido una decepción porque en primer lugar la agenda de los mexicanos de a pie nunca fueron las reformas, es más, no esperaban que esto fuera a mejorar su calidad de vida después de tantas veces que se había prometido y no ha ocurrido.
Esta vez no ha sido la excepción y la gente tiene desanimo y desaprobación por la distancia que hay entre el discurso oficial de EPN y la narrativa que se trató de vender con el Mexican Moment y el Saving México, que con el retorno del PRI al poder iba a regresar a México al buen camino, a generar desarrollo y a movilizar al país.
Sí es cierto que se pudo acabar con la parálisis legislativa, pero fuera de eso, la ciudadanía en su bolsillo, en su vida diaria, en el costo de vida no ha sentido una mejoría. Y si esto lo sumamos a que en diversas regiones del país hay ingobernabilidad por temas de seguridad y los señalamientos de corrupción como la Casa Blanca y las tragedias humanas como Ayotzinapa.
Al menos, en esta elección intermedia de 2015 el sistema de partidos va a seguir más o menos igual, con un PRI con fuerza, un PAN que se ha debilitado pero que seguirá siendo fuerza y una izquierda dividida, y que habría que ver cuánto de eso se logra llevar Morena y cuánto es el voto de castigo para el PRD que ha cometido una serie de errores gravísimos y escándalos.