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Los israelíes podrán ver ahora su propia revista Playboy, por los reportajes, claro, con la llegada el martes del primer número en hebreo a Tierra Santa.
La revista para caballeros ha estado durante años disponible en Israel, pero ésta es la primera edición totalmente israelí. Presenta modelos locales e incluye artículos escritos por israelíes.
En conferencia de prensa en Tel Aviv, el dueño y editor Daniel Pomerantz hizo el martes la presentación de Playboy Israel al lado de una modelo alta que lucía las orejitas y el rabo de la conejita clásica de Playboy.
“Nuestro objetivo son los hombres que desean degustar la buena vida; también son las mujeres que tienen curiosidad por los gustos de que tienen los hombres en sus vidas”, manifestó Pomerantz.
“Creo que la fórmula especial que ha llevado a Playboy a un nivel extraordinario de éxito en todo el mundo continuará eficazmente en su nueva casa, Israel”, agregó.
La chica de la portada, Nataly Dadon, posó al lado de un cartel de la nueva edición de la revista en la que ella sale sin sostén y con ropa interior de encaje. Dadon dijo que estaba feliz y emocionada de aparecer en el primer número de Playboy Israel.
Se desconoce cuál será la recepción de la revista en Tierra Santa, debido a la subyacente sensibilidad religiosa en la región, donde judíos y musulmanes viven bajo estrictas normas de pudor.
Fanáticos religiosos han incendiado con frecuencia paradas de autobús en los que había anuncios de mujeres totalmente vestidas y han obligado a las empresas de publicidad a que no utilicen modelos femeninas al margen de que la vestimenta de éstas respete el pudor.
La revista erótica está disponible, pero no en hebreo ni con talentos locales. La edición israelí de Penthouse, la rival más tradicional y audaz de Playboy, se llevó un fiasco tras su estreno en Israel en 1989.
Pomerantz dijo que tuvo la idea de publicar Playboy en hebreo cuando trabajaba como abogado en Chicago, donde se ubicaban las oficinas centrales de la revista y donde se hizo amigo de abogados de la revista.
Pomerantz dijo que en esa época efectuaba visitas a Israel, donde decidió que quería vivir. Durante un viaje a Israel advirtió que en el país no había edición de Playboy en hebreo y así emprendió esta aventura editorial.
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