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Como parte de la celebración por sus 80 años, el Palacio de Bellas Artes cuenta con nueva iluminación exterior, proyecto basado en la composición artística del recinto, edificio de estilo ecléctico que incorpora conjuntos escultóricos cargados de simbolismo.
De esta forma, el diseño, puesto en marcha la noche del jueves y que fue desarrollado con estricto apego a las normas de conservación del monumento artístico, mantiene la integridad de los elementos arquitectónicos del inmueble cultural.
A través de un sistema integrado por proyectores LED de varias capacidades, en la fachada principal las luminarias tienen la capacidad de ser controlados de manera individual, según información del Instituto Nacional de Bellas Artes.
De igual manera, el sistema podrá ser controlado desde un dispositivo móvil, con las escenas programadas previamente, además que los proyectores se controlan de forma individual y puede ajustarse la tonalidad de la luz blanca para resaltar el mármol.
Un segundo sistema en las terrazas permite resaltar los elementos verticales y crear escenas mediante colores específicamente seleccionados para dar la impresión de que provienen del interior del edificio.
Igualmente, en las cúpulas sobresalen la volumetría y el policromado de sus materiales, mediante proyectores lineales de haces de luz concentrados que enfatizan sus formas y su arquitectura.
Cabe destacar que la instalación fue implementada mediante la comunicación entre fibra óptica y cableado estructurado, lo cual facilita el ajuste y la precisión de cada proyector.
Es de resaltar que al variar intensidades, se podrán apreciar detalles arquitectónicos que antes no se alcanzaban a distinguir.
La iluminación del Palacio de Bellas Artes permite crear escenarios lumínicos diversos de acuerdo a las diferentes actividades del espacio, lo que significa que cada escena contribuye a destacar su belleza arquitectónica, poner en valor sus componentes artísticos y asegurar su conservación.
Para esta nueva iluminación fueron utilizadas más de 100 proyectores LED de ópticas especializadas, más de un kilómetro de cableado y fibra óptica y un cerebro electrónico para su programación y operación.
Lo mismo que equipos lumínicos de marcas especializadas, todo con el fin de conseguir un sistema único a la medida del Palacio de Bellas Artes.
El concepto y el proyecto de iluminación corrieron a cargo de Ideas en Luz; la automatización y la ejecución de obra de Avant Garde Iluminación.
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