Noticias

Guerrero es algo más que la tragedia de Iguala: Rogelio Ortega

Con 34 votos a favor y siete en contra, el Congreso de Guerrero ratificó ayer a Rogelio Ortega como gobernador sustituto de Guerrero.

Publimetro tuvo una entrevista con él sobre cómo se encuentra la entidad tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Hablar de Guerrero es recordar la desaparición de normalistas o bloqueos, ¿así es?
— Es algo más que la tragedia de Iguala o un conflicto magisterial, es una contidianidad y se disfruta, a diferencia de agosto de 2011, cuando la situación por la delincuencia organizada era ya una situación de mucha tensión. Entonces quienes venían no podían ni salir del hotel. En ese tiempo la delincuencia organizada se apoderó de todo y los lugares de vida turística fueron cerrando. Sin embargo la temporada alta vuelve a estar a tope gracias al trabajo por desagregar el conflicto y encauzarlo institucionalmente.

¿Cuándo se produce el punto de inflexión?
— Cuando se coordina un gran operativo del mando único y cuando patrullan la Marina y el Ejército, que aunque no realizan acciones directas, ayudan a aumentar la percepción de seguridad. El vandalismo también se incrementó, pero ahora se está recuperando con la presencia de los elementos de seguridad, la intervención lo contiene. No quiero decir que no pase nada.

Al acceder al cargo, ¿cual fue su prioridad?
— Lo primero fue ver a quién  íbamos a poner al frente de la Secretaría de Seguridad. Por ello conté con el general Cienfuegos, porque era y es un asunto del más alto nivel. Yo puedo ir con una empresa, pero a los dos meses ésta ya puede tener acuerdos con la delincuencia. Era mejor que se hiciera con total transparencia. Dos de los requerimientos son que tuviera un historial impecable y que fuera guerrerense.

¿Tan mal estaba la estructura de seguridad del estado?
— Teníamos policías enfermos y mayores, incapaces de hacer su trabajo, pero temerosos de jubilarse porque no confiaban en que se les pagara. Desde abril, dos mil policías en Acapulco no pasaron las pruebas de confianza ni el antidoping, y presumiblemente los jefes están ligados a la delincuencia. Después de que estos elementos dejaron sus cargos, la criminalidad en el puerto descendió 50%.

¿Y cómo se encuentra en la actualidad?
— El tema de la delincuencia organizada hoy ya no es tan fuerte, en especial con la gente, ahora es más un pleito entre ellos. Vemos cómo se van trasladando de una zona a otra y se van supliendo, como en el caso de Iguala, donde se vivió un repunte cuando se dio el golpe a Guerreros Unidos. Es una realidad de la hidra de mil cabezas, cortas una y brotan 100.

¿Pero en las zonas rurales sigue el control?
—Es otro tema. En la franja del filo mayor de la sierra y la montaña alta, que es muy propicia para el cultivo de amapola, coinciden en el filo mayor 14 municipios —Costa Grande, Tierra Caliente y Chilpancingo— donde llega el narco y le da la semilla al campesino, los insumos, mangueras, fertilizante, utensilios y pago por adelantado de la cosecha. El drama es cuando llega el Ejército, y con una vara se quiebra la amapola en media hora máximo. El año pasado se destruyeron 50 mil plantíos. Entonces es cuando pienso, pobres campesinos, porque cuando llega el narco les van a pedir la goma y no hay cosecha ni dinero. Es cuando, benévolamente les pueden exigir dos cosechas o incluso el asesinato de otros campesinos que estén cosechando. En otra circunstancia instan a emboscar al Ejército o les exigen a los hijos para extorsionar o matar. Es una forma de esclavitud moderna, incluso con dependencia de las drogas. Todo esto tiene que ver con la pobreza y la marginación, no es que los campesinos tengan vocación por la jardinería. La cultura de la amapola inicia desde niños, es una cultura muy arraigada la de ir a rayar. Sólo Afganistán gana a este estado en el cultivo de amapola a nivel mundial, producimos 90% del opio del país en la sierra. Como se ha incrementado el combate a los plantíos, también ha aumentado la producción.

¿Y qué hacen para contrarrestar este drama?
— Primero, ir a la sierra a hablar con la gente y a construir una ruta de alternativas de no riesgo, como el aguacate, que les permite ganar cinco veces más que con la amapola. Y a ello podemos invertir en valor agregado y en empleo mixto con empacadores. A veces es difícil competir contra promesas de tres mil pesos diarios que oferta el narco. También estamos trabajando para evitar que cada año se rechacen a 10 mil estudiantes de la Universidad de Guerrero, así como contrarrestar la rabia contra las instituciones y los políticos.

¿Están garantizadas las elecciones en el estado?
—Hemos trabajado para disuadir las manifestaciones en el Tianguis Turístico, todos los eventos que vamos a organizar están garantizados y las elecciones también.

DV Player placeholder

Tags


Lo Último