Los huracanes con nombre de mujer son más destructivos porque la población no los toma tan en serio como los que llevan nombre de varón, sostiene un estudio publicado este lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los investigadores de la Universidad de Illinois y de la Universidad del estado de Arizona han llegado a esta conclusión analizado los datos del impacto que han tenido los huracanes bautizados con nombre de mujer durante seis décadas, de 1950 a 2012.
Entre los 47 huracanes más destructivos de esos años, sin contar “Katrina” y “Audrey” por su excepcionalidad, los huracanes de nombre femenino causaron 45 muertes, frente a las 23 que dejaron los de nombre de varón.
“Cuando la gente se imagina un huracán femenino es menos probable que busque refugio. El estudio muestra un sexismo implícito que influye en nuestras decisiones”, esgrime una de las autoras del estudio, la profesora de la Universidad de Illinois Sharon Shavitt.
“Los estereotipos que evidencia el estudio son sutiles y no necesariamente hostiles hacia la mujer. Quizás reflejan que la mujer es percibida como más cálida y menos agresiva que el hombre”, añadió.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores efectuaron seis experimentos con series de preguntas dirigidas a entre 100 y 346 personas.
La gran mayoría de los que participaron en la investigación consideraron que un hipotético huracán con nombre de varón sería más destructivo que uno con nombre de mujer.
Otro de los ejercicios reveló que el género del nombre del huracán influye en cómo se prepara la población para un huracán: lo toman más en serio cuando se llama “Charley” que cuando se trata de “Eloise” y “cambiar el nombre de uno al otro puede triplicar el número de muertos”, indica el estudio.
Los huracanes han recibido nombres de personas desde 1950. Al principio todos tenían nombre de mujer, hasta 1979, cuando se introdujeron los de hombre.
“Aunque se considera que usar nombres de personas para los huracanes es más claro, esta práctica también topa con estereotipos de género que pueden tener consecuencias mortales”, argumenta el estudio.
“Los políticos deberían considerar cambiar este sistema para reducir los errores en la percepción del peligro y asegurar una preparación adecuada”, añade.
Sin embargo, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos defiende que la clave no es el nombre sino seguir exhaustivamente las medidas de prevención ante una catástrofe.
“Tanto si el nombre es Sam como Samantha, el impacto mortal del huracán debe ser tomado en serio por todos para proteger vidas. Lo cual incluye por supuesto las órdenes de evacuación”, dijo el portavoz del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, Dennis Feltgen.
El portavoz no entró a valorar en concreto los resultados de este insólito estudio estadounidense que se ha convertido en pocas horas en una de las noticias más leídas y comentadas en las redes sociales.
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