Joaquín López-Dóriga, el conductor estelar de Televisa, ha amasado su fortuna a partir del poder del micrófono y la extorsión, de acuerdo con un reportaje de la revista Proceso.
Con las ganancias, ha adquirido una propiedad de al menos seis departamentos de lujo en el Club de Golf Bosques; siete en la colonia Polanco y un lujoso yate valuado en 40 millones de pesos.
Tiene una suite en residencial Villa Alejandra, en Acapulco; ingresos de las empresas Akron y Ancla, con más de 237 millones de pesos en contratos de dependencias federales entre 2001 y 2015.
Según el semanario, entre empresarios y políticos se sabe que López-Dóriga usa la extorsión contra quienes no aceptan sus condiciones e intereses.
Este modo de operar fue dado a conocer por María Asunción Aramburuzabala, quien demandó al comunicador y a su esposa, Adriana Pérez Romo, quienes la habrían extorsionado para que pudiera continuar con la construcción de un centro residencial en Polanco.
De acuerdo con Proceso, la salida del conductor estaba pactado para el próximo 30 de septiembre, pero se detuvo para que no se vincule con la denuncia de la heredera de Grupo Modelo.
Los rumores de su salida se fortalecieron a partir de la decisión del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, que dio su fallo a favor de Aramburuzabala para seguir con la obra en Rubén Darío 225.
El reportaje López Dóriga: cuando el micrófono tiene precio, firmado por Jenaro Villamil, forma parte de Proceso 2030, que ya está en circulación.
LÓPEZ-DÓRIGA NIEGA LA INFORMACIÓN
A través de Twitter, el comunicador negó la información y dijo que en caso de que el periodista Julio Scherer García, fundador de Proceso, estuviera vivo se “volvería a morir de la vergüenza”.