Para muchos, en México y el extranjero, ser mexicano es sinónimo de valentía, de comer tacos, enchiladas, pozole, chiles en nogada o tamales; de tomar mezcal, tequila o cerveza; cantar con mariachi, ser hospitalario, y gritar ¡Viva México!
Pero ser mexicano va más allá de haber nacido en México. Implica responsabilidades y obligaciones, analizar los avances en materia democrática, plantear retos, conocer y enseñar el significado de los símbolos patrios: la Bandera, el Himno Nacional, expuso la investigadora del Tecnológico de Monterrey, Arlene Ramírez Uresti.
Ser mexicano también implica responsabilidades más allá del orgullo porque la Selección gane medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, como los recientes, se escuche el Himno Nacional y eleven la bandera de México, aclara la especialista del Tec de Monterrey, Campus Toluca.
“Se siente bonito que hay mucho de qué sentirnos orgullosos. Es orgullo nuestra hospitalidad, nuestras raíces y comida, nuestros pueblos y nuestros símbolos patrios”, comentó en entrevista.
México, recordó, es un pueblo de lucha, de transición, de esperanza, y septiembre motivo de festejo por un año más de ser independientes, pero también “para reflexionar sobre nuestra mexicanidad, de analizar lo que hemos logrado en materia democrática”, abundó Ramírez Uresti.
Por ello invitó a la ciudadanía a replantear sus metas como mexicanos, desde demandar el cumplimiento de las leyes hasta exigir a las instituciones que desempeñen bien sus funciones.
“Quizá hacer un recuento de nuestra vida como mexicanos después de la Independencia y de la Revolución Mexicana sería conveniente en estos momentos que vive el país. Hemos logrado mucho, los ciudadanos son tomados en cuenta, prueba de ello son las recientes elecciones que tuvieron menos abstencionismo que en 2006”, indicó.
La investigadora aplaudió que 202 años después de la Independencia ahora los ciudadanos exijan a los gobiernos cumplir con las funciones que deben desempeñar, y exhortó a las autoridades a rescatar el respeto y veneración por los símbolos patrios.
“Hasta el momento todo va más o menos bien, pero es hora de que las escuelas y el gobierno pongan atención en la educación de los niños, ellos deben saber qué significan el Himno Nacional Mexicano, quién lo escribió, cuándo, bajo que condiciones; qué significan los colores de la Bandera, el Escudo Nacional. Eso ya se les está olvidando”, enfatizó.
La directora de la escuela Simón Bolívar, Rosalinda Ruiz, coincidió en entrevista en la importancia de que niños y adolescentes conozcan sus raíces y su origen, formar en ellos amor por su país, porque solo así México podrá crecer y salir adelante.
“Es esencial que nuestros niños y jóvenes sepan de dónde vienen, para que asimismo sepan a dónde ir; cuáles son sus raíces, porque solo así empezarán a formar su identidad. Deben saber por qué cantan el Himno todos los lunes en la escuela, por qué los hacemos venir con uniforme de gala para hacer honores a la Bandera; desde pequeños deben conocer su historia”, señaló.
Para la maestra, ser mexicano debe festejarse todos los días, no solo en septiembre ni en momentos clave, y eso se empieza siendo buenos ciudadanos, actuando sin discriminación e indiferencia social.
“Lamentablemente nuestros muchachos (estudiantes) se están volviendo muy indolentes derivado de la situación que se vive en el país. Si hay asesinatos, corrupción, asaltos, delincuencia, inseguridad, falta de respeto y de educación entonces qué podemos esperar de la ciudadanía en general”, puntualizó.
Rosalinda Ruiz llamó a dar un giro al país desde hacer cosas pequeñas, como no tirar basura en la calle, no desperdiciar el agua, ceder el asiento a los adultos mayores y a las mujeres, acciones que se convierten en grandes obras en cuestión de educación.
La profesora del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca, Arlene Ramírez Uresti, sostuvo también por su parte la necesidad de hacer de los menores de edad “buenos ciudadanos, responsables y participativos porque serán el fruto a nivel nacional en un futuro cercano”.
La familia y la escuela son los promotores de buena educación y modales en los niños, “son los dos pilares principales del Estado que tenemos, por lo que nos corresponde inculcarles amor por la patria a nuestros niños y adolescentes”.
Una parte importante del mexicano es su identidad y hay que trabajar en ser originales, continuar con las tradiciones y costumbres del país, “hemos desvalorizado lo que tenemos, le damos menos importancia a las cosas que nos hacen tener identidad y en ciertos aspectos hasta nos avergonzamos de ciertas costumbres”, advirtió.
“México es un país rico en cultura, comida, con grandes recursos que se pueden explotar y hacer crecer su economía; pero como no se dan las oportunidades estamos perdiendo mucha mano de obra, por ello se tienen que ir a trabajar a Estados Unidos, allá dejan lo más preciado y crece ese país”, comentó.
Propuso “ser proactivos, auto empleadores, generar nuestros propios recursos y construir un país a base de trabajo y esfuerzo”, donde los jóvenes son parte fundamental, “si nuestros jóvenes se enamoran del país se quedarían en las buenas y en las malas a construir y a emprender, el talento lo tenemos y se está desperdiciando”.
Lamentó que jóvenes en la actualidad copien modos y modas, que cambien patrones de comportamiento y quieran vivir de manera diferente a la que la cultura mexicana tradicional está acostumbrada.
“La identidad de ser mexicano se compone de la historia, la cultura el idioma y la fe, aunque esta última tenga diversas interpretaciones. La identidad nacional fortalece al Estado. País que no tiene identidad es un país débil”, sostuvo Arlene Ramírez.
La historiadora e investigadora exhortó a asumir una actitud diferente a la de resignación que alude el escritor Octavio Paz en su libro “El laberinto de la Soledad”, donde asienta que los mexicanos gritan desaforadamente durante una hora en la fiesta en que se recuerda el “grito” de Independencia, para callar el resto del año.