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De cara al 4º informe del presidente Enrique Peña Nieto, ¿cómo calificar su administración y cuáles son los retos en los dos años restantes?

Mariana Gómez del Campo, PAN

Al día de hoy, pocos recordarán que febrero de 2014, el titular del Ejecutivo federal lucía en la portada principal de la prestigiada revista Time, con el título de “Saving Mexico”. Y es que entre promesas sin cumplir, repunte de la inseguridad, incremento en el número de personas en pobreza, problemas por corrupción en su partido y señalamientos de conflictos de interés, el 63% de las personas desaprueban la gestión realizada por el presidente Peña Nieto, es decir, que seis de cada diez personas no están conformes con el desempeño de su gestión, lo que supone un retroceso de siete puntos porcentuales respecto a los últimos resultados (que fue de 56%), de acuerdo con la encuesta nacional trimestral Aprobación presidencial, realizada por El Universal y Buendía & Laredo. Con estas cifras, queda de manifiesto que la actual administración no ha generado satisfacción, sino ha provocado una percepción generalizada de ineficacia e incapacidad.

Las reformas estructurales constituyeron, a nivel discursivo, la promesa de mejoramiento de vida para los mexicanos, de las cuales la reforma energética fue señalada como el estandarte del actual gobierno. Por nuestra parte, desde el Congreso le brindamos las condiciones óptimas para la puesta en marcha de las reformas estructurales que, hay que decirlo, son grandes reformas en manos poco competentes.

Si tomamos como referencia la ya mencionada reforma energética, que debía reducir los costos de las gasolinas, de la energía eléctrica y del gas, es necesario hacer mención que los incrementos en el costo de la luz, que si bien son aplicables a los usuarios de alto consumo (como las industrias) y en consecuencia no tienen una repercusión directa, los ciudadanos perciben el aumento de manera indirecta, mediante el aumento de precios de las mercancías. 

En el caso de las gasolinas, la Secretaría de Hacienda ya informó que habrá un nuevo aumento en los precios, lo cual es preocupante, en primer término, porque constituye el segundo aumento en el presente año y, en segundo lugar, porque el nuevo aumento sitúa el precio de la gasolina Magna en el límite de la banda establecida. Es muy lamentable que el gobierno federal no se conduzca de manera sensible afectando aún más la economía de millones de familias.

Sin el afán de perjudicar la imagen del Ejecutivo, los desaciertos han sido más que los logros durante su gestión. Ni la detención del Chapo, ni los programas de asistencia social como la Cruzada contra el Hambre, son suficientes para contrarrestar, ni mucho menos para dar respuesta a los retos en materia de seguridad, de combate al narcotráfico, de desarticulación del conflicto magisterial, de generación de empleo, de combate a la desigualdad, de reactivación de la economía nacional y fortalecimiento del mercado interno. Son numerosas las asignaturas pendientes del gobierno federal, pero sin duda, la labor más grande en sus manos es la de devolver la credibilidad perdida a las instituciones y generar bienestar. El desempeño del Ejecutivo federal se resume, en respuesta a la portada de la revista Time que publicó la revista Newsweek: “El Salvador que no lo fue”.

 

Marcela Guerra, PRI

Existen avances trascendentales que colocan a México en el mundo, como un actor dinámico y competitivo, atrayente de inversiones, atento a los retos del siglo XXI, en materia de cambio climático, innovación de tecnologías y en la búsqueda del fortalecimiento del comercio exterior, a través de la Alianza del Pacífico, ante estos desafíos el gobierno de la República mantiene una postura firme bajo el liderazgo del presidente Enrique Peña Nieto.

La administración del presidente Peña Nieto ha sido visionaria y sensible en un contexto de transmisión y reacción inmediata de ideas, información y crítica desde todos los rincones del planeta.

Al interior del país se ha logrado, de forma histórica, el debate y aprobación de once reformas clave que permiten cambios estructurales en el país. Su importancia radica en que se trata de un compendio integral que destaca por su profundidad, número y diversidad en cuanto a temática. A partir de ellas se actualizó un sistema que ya no correspondía con la realidad del siglo XXI.

Aprovecho este espacio para referirme a algunas:

La reforma educativa busca promover el derecho de niñas y niños mexicanos a recibir una educación integral de la más alta calidad en la que prevalezcan incentivos para que los docentes se capaciten para hacer mejor su labor.

La reforma financiera busca la reducción de las tasas de interés de las pequeñas y medianas empresas de México potencializando su crecimiento. También propicia las condiciones necesarias para que las familias mexicanas tengan la posibilidad de gestionar créditos con un menor costo.

En la misma lógica y sin privatizar el petróleo, la reforma energética busca el fortalecimiento de PEMEX y de la CFE sentando las bases del crecimiento del sector que se traducirá en un incremento del PIB y en la creación de empleos.

Con la reforma hacendaria se asegura una mayor eficiencia en la recaudación fiscal mediante menores tasas de interés combinadas con una amplia cobertura que evite la evasión de impuestos.

Paso a referirme ahora a la política exterior, donde reconocemos la recuperación de la experiencia diplomática que nos había caracterizado a lo largo de la historia, para presentar con creatividad y elocuencia en cada foro y conferencia internacional de relevancia, propuestas que coadyuven a la paz, la cooperación internacional y el crecimiento económico.

En la dimensión de nuestras relaciones bilaterales, se ha trabajado arduamente para intensificar, y en algunos casos reanudar, el diálogo político al más alto nivel con países con los que el potencial de la relación asegure beneficios mutuos en los ámbitos educativos, científicos, comerciales y políticos como en los casos de Cuba, Argentina, Turquía, Singapur, Francia, Alemania y España.

Señalo también la estrategia de diplomacia pública que se impulsa desde la Cancillería para impulsar una mejor imagen del país en el mundo en general y en Estados Unidos en particular, lo anterior buscando proteger al máximo, al mismo tiempo, los derechos de los mexicanos en el exterior.

Los retos principales del gobierno son: continuar la implementación de las reformas constitucionales en un ambiente de paz social; aumentar la presencia internacional ante un mundo en el que cada vez un mayor número de actores impulsa agendas no necesariamente compatibles; generar prosperidad con inclusión social y perseverar en el combate contra la impunidad.

 

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