América recibió una cálida serenata que los dejó listos en la parte anímica para hacer el debut en el Mundial de Clubes ante el Guangzhou Evergrande de China.
Luego del último entrenamiento, en el que Ignacio Ambriz perfiló la alineación que usará para el primer partido este domingo, un grupo de 10 niños que juegan en la escuela del Gamba Osaka se acercaron a la cancha de entrenamiento de las Águilas para intentar ver de cerca a los azulcremas.
Su asombro y ganas de querer estar con los jugadores creció cuando se dieron cuenta que Oribe Peralta estaba en el equipo y que habían entrenado en la cancha en la que normalmente ellos lo hacen cada sábado.
Los jugadores comenzaron a salir tras la práctica y fue cuando los gritos de “¡América, Águilas!” con acento japonés comenzaron a salir de las gargantas de los niños para robar las sonrisas de los jugadores, cuerpo técnico y Directiva.
El canterano Carlos Rosel fue el primero en acercarse con los niños, seguido por Ventura Alvarado y Diego Pineda, hasta que el Presidente Deportivo, Ricardo Peláez, pidió que los dejaran pasar.
Fue entonces cuando apareció Oribe Peralta, a quien recuerdan por sus goles en la Final de los Juegos Olímpicos y los gritos fueron de alarido.
“¡Peralta, Peralta!” fue el grito que consiguió que el delantero del América y de la Selección Mexicana se acercara para saludar a cada uno de los jovencitos e incluso a una señora que tenía toda la ilusión de saludarlo:
“¡Oribe, échale muchas ganas mañana!” fue lo que la señora le pidió al 24 del América y que provocó una sonrisa en él y en Martín Zúñiga que lo acompañaba.
De esa forma, América cerró su preparación para enfrentar al Guangzhou Evergrande de China en el Mundial de Clubes.
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