El 12 de agosto del 2008 la vida de Carlos Sánchez, defensa del América, dio un giro de 360 grados en un entrenamiento como cualquier otro, pues cayó al césped motivando el ingreso de una ambulancia que lo trasladó al hospital donde se determinó que padecía un infarto cerebral que truncó su carrera y originó un conflicto legal con la escuadra azulcrema que desde hace dos años le retiró el apoyo económico.
Fue en el 2008, el zaguero vivía un buen momento profesional, pero todo se vino abajo cuando se determinó que un coágulo en el cerebro ubicado en la arteria medial le cambiaría la vida para siempre, pues fue intervenido para retirar dicho coágulo, pero no se pudo en su totalidad porque la arteria presentaba una sección interna.
Esta situación provocó que estuviera hospitalizado por 22 días, en coma inducido, pero tras las asistencia médicas pertinentes, presentó inmovilidad del lado izquierdo, lo cual no fue impedimento para que empezara la rehabilitación con la intención de volver a las canchas, aunque tiempo después le fue notificado que de hacerlo, su vida correría peligro.
Por ello decidió enfocarse a una carrera como director técnico y a recuperarse en la medida de lo posible para valerse por sí mismo, sin embargo Sánchez confirmó que siempre debe estar vigilado para evitar cualquier anomalía en su estado de salud, que si bien, ha tenido una recuperación sorpresiva, no ha podido desprenderse del todo de los cuidados de su familia que siempre lo ha apoyado.
Aunque todo iba bien en cuanto al apoyo del Club América, fue perdiendo la solvencia con el paso del tiempo, incluso tuvo que contratar a Thelma Herrera, conocida abogada de futbolistas, pero se logró todo lo contrario a lo esperado, porque se perdió el contacto directo con la institución y a su vez el dinero que aportaban a su rehabilitación, por lo que lo movieron a tres razones sociales: Club América, Televisa Talentos y Corporatel.
Esto generó que demandará a las Águilas, quienes lo iiquidaron como un trabajo más, pero de la razón social Corporatel, adonde estuvo afiliado únicamente dos años: “Me duele porque con mentiras me fueron llevando hasta donde quisieron”.
“No he recuperado la función total de brazo y mano izquierdos, hay problemas con la coagulación, me extirparon la vesícula por tanta toma de medicamentos. Tuve dos eventos de trombosis en ambas piernas. Quiero que el proceso sea expedito y sobre todo que se imponga la justicia. En este proceso me he encontrado con algunas anomalías, como la pérdida de papeles, de mi expediente y de muchas piedritas que han puesto en el camino”,
“Me enteré que los dirigentes piensan que soy un malagradecido, pero no sé por qué ven esto así, lo que me ocurrió fue por una negligencia, por no pagar una serie de estudios más caros, por no darle otro seguimiento a mi caso, porque yo me quejaba de dolores desde mayo. Esto yo me lo hice en la cancha, no fue algo que yo me busqué”.
“Si ellos me hubieran afiliado al Seguro Social, y no sólo a mi, sino a todos los jugadores, hoy no tendrían este problema, el Seguro habría dictaminado y me estarían dando una pensión por incapacidad. Lo poco que tenía y ahorré de mis años como futbolista lo he gastado en terapias, aparatos que he adquirido fuera del País, consultas externas. Cuando me dio el infarto, Emilio Azcárraga prometió que no me iban a dejar desamparado, pero no fue así, quise hablar con él, pero nunca me permitieron llegar a él, me decían que todo lo que estaba pasando venía de arriba”, concluyó en declaraciones a Cancha.
Con información de Cancha
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