Serena Williams trituró el viernes a la rusa Ekaterina Makarova para avanzar a la final del Abierto de Estados Unidos, en la que se medirá a Caroline Wozniacki.
Williams se impuso por 6-1, 6-3 y amplió a 20 su racha de triunfos consecutivos en el US Open. Si consigue la 21ra victoria en fila en la final del domingo, se embolsará el trofeo de este torneo por tercera ocasión consecutiva.
La última en conseguir esa proeza fue la también estadounidense Chris Evert, en la década de 1970.
Después de que Makarova empató 1-1 el primer set, pasaron 40 minutos antes de que ganara otro game. Apoyada por sus servicios veloces y sus certeros golpes de revés, Williams ganó nueve games sin respuesta.
En un momento del encuentro consiguió 22 de 24 puntos.
La semifinal de Williams fue menos dramática que la de Wozniacki.
La danesa avanzó cuando su oponente Peng Shuai abandonó su duelo por lesión.
Wozniacki tenía ventaja de un set y un quiebre en una tarde húmeda, cuando Peng se recostó del muro detrás de la línea de fondo, sufriendo de aparentes calambres en las piernas.
La china salió de la cancha con ayuda, y después de un receso de 10 minutos intentó seguir jugando.
Seis puntos después, Peng cayó de rodillas. Wozniacki caminó al otro lado de la cancha para darle una palmada, y luego Peng decidió que no podía continuar.
Wozniacki derramó algunas lágrimas cuando Peng salió de la cancha en silla de ruedas.
La danesa disputará su primera final de un Grand Slam desde el US Open de 2009, que perdió ante Kim Clijsters.
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