El ataque armado de alrededor de 300 jóvenes encapuchados contra los jugadores del club Wydad de Casablanca en mitad de un entrenamiento ha desatado todas las alarmas en el club y en el medio futbolístico, preocupado por los crecientes actos de violencia.
El ataque tuvo lugar en la tarde del jueves pero los detalles concretos se han ido conociendo posteriormente: según dijeron a Efe fuentes del club, los jóvenes, con la cabeza y la boca cubiertas, irrumpieron en mitad de un entrenamiento, saltando las vallas del club, armados de cuchillos y de espadas, y comenzaron a golpear a los jugadores y al entrenador.
Los agresores, supuestamente hinchas del propio club descontentos con su gestión, entraron además a los vestuarios y robaron relojes y teléfonos móviles pertenecientes a los jugadores, y seguidamente rociaron con spray rojo (el color del club) el autocar y los vehículos de los futbolistas con frases como “Lárgate” o “Devolvednos el club”.
Tres jugadores y el entrenamiento necesitaron atención médica en un hospital, y la conmoción fue tal que el club pidió suspender el encuentro liguero de hoy contra el Olypique de Safi, pero el segundo club se negó y el encuentro se jugará con normalidad.
El ataque sigue ocupando hoy las portadas de todos los diarios, y el rotativo Asabah asegura que ha habido cinco detenciones de implicados en la agresión, inédita en los anales del futbol marroquí.
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