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Gran recibimiento tuvieron los medallista Olímpicos que participaron en los Juegos Olímpicos de Río 2016 a su llegada al Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Cuidad de México.
En compañía de su familiares, las Fuerzas Armadas, música de mariachi y jarocha, los deportistas María del Rosario Espinosa (taekwoandoín), Ismael Hernández (pentatleta), Germán Sánchez (Clavadista) y Guadalupe González (atleta) fueron acogidos tras su destacada actuación en Río, luego se conseguir cuatro medallas olímpicas: tres platas en las disciplinas de marcha, taekwondo y clavados, así como el sorpresivo bronce en el pentatlón.
Las vacaciones tendrán que esperan unos días más para estos atletas, pues antes tendrán que cumplir con compromisos televisivos, patrocinios y visitar el próximo viernes al presidente Enrique Peña Nieto en la Residencia de Los Pinos.
A su llegada y ver una sala donde sus seres queridos los esperaban provocó gran emoción entre los medallistas, quienes no pudieron ocultarlo en su rostro, pues después de dos semanas de estar fuera de casa y su vida diera un giro de 180 grados, sólo esperaban recibir el calor de su familia.
Pese a haber subido al podio, María del Rosario Espinoza no quedó del todo conforme ya que el color del metal que ella anhelaba era el dorado.
«Yo iba por la de oro. La verdad no buscaba el hacer historia en México, sólo alcanzar el objetivo que tenía», señaló la sinaloense.
Por otro lado, Lupita González la marchista de plata que robó los corazones de los mexicanos al imponerse a las China en los 20k agregó que en su mente está Tokio 2020 siempre y cuando el cuerpo le de, ya que le quedó con un sabor agridulce el que la China le arrebatara el oro en los últimos 50 metros.
Para Germán Sánchez el haber conseguido una presea en individual en la plataforma de 10 metros y cortar la sequía desde los tiempos de Fernando Platas es algo que lo llena de satisfacción y con nuevas metas.
«Quiero estar en Tokio, es un país que me encantan, tiene gente muy amable y allá también hay lucha libre», señaló entre risas el tapatío.
Por último y no menos importante pero sorpresivo para el pueblo mexicano por haber conseguido el bronce en el pentatlón moderno, Ismael Hernández se dice feliz y seguro de que para el no fue una sorpresa el subir al podio.
«No lo veo como una sorpresa. Yo llevaba un fin y una planeación milimétrica incluso podía haber asistido a la ceremonia de inauguración, pero decidí llegar siete días antes a mi competencia para aclimatarme y seguir con mi plan el cual al final fue algo benéfico para mí».
Para finalizar, la música regional mexicana y del Puerto de Veracruz, se volvió a escuchar en la sala, mientras representantes de las Fuerzas Armadas les obsequiaban un ramo de flores como presente.
