Esperando que el reloj otra vez hiciera lo suyo, Tigres se dijo listo para el Clásico Regio. Sin embargo, la misma propuesta del equipo hizo que el triunfo sea gris, esto sin importar que se terminó jugando frente a un rival con nueve hombres.
Édgar Gerardo Lugo se convirtió en el faro que iluminó el empedrado camino del Auri. Pese a que Ricardo Ferretti lo envió a la banda derecha ante la ausencia de Joffre Guerrón, mostró lo mejor de su repertorio en una jugada donde se recorrió al centro.
Después de recortar a Pinto, sacó un disparo desde fuera que el ‘Cata’ Domínguez desvió para abrir el marcador, todo antes de cumplir el primer cuarto de hora.
Sin embargo, Tigres volvió a sentirse cómodo bajando las revoluciones. Los universitarios, aprovechando la pobre propuesta cementera, no se salieron de su script provocando que el partido fuera espesándose conforme transcurrieron los minutos.
La Máquina se mostró como un equipo largo, dejando demasiados espacios en el mediocampo. Si bien los celestes tenían más hombres en este sector del campo, terminaron por partirse.
Esto facilitó más la labor de Egidio Arévalo y Francisco Torres en el medio. Mientras Tigres no pisaba el acelerador, el huésped tampoco hacía más que lo necesario para buscar el empate, es decir, esperar que el rival cometiera un error.
Esto derivó la jugada más clara del cuadro cementero, misma que desperdició Pavone frente al marco.
En el complemento, el partido se volvió mas trabado de lo que ya estaba. Si bien Cruz Azul intentó adelantar líneas, tampoco lucía intimidante.
Fue en uno de los contragolpes que llegó a tener Tigres cuando el cuadro de Tena se desmoronó. Francisco Rodríguez pegó sin balón a Hérculez Gómez y se fue expulsado por doble amarilla. Joao Rojas se ganó una amonestación por reclamar y terminó recibiendo la roja en ese mismo instante por insultar al silbante Paul Delgadillo.
Aunque se esperaba que el Auri saliera a liquidar a su mermado rival, la realidad es que fue La Máquina quien tuvo mayores acercamientos al marco de Nahuel Guzmán.
Todavía Emanuel Villa, quien ingresó de relevo, perdonó la ultima frente a Jesús Corona.
Pidiendo la hora y ante un rival diezmado, Tigres logró encadenar partidos sin derrota, pero eso no evitó ser despedido entre abucheos por su propia hinchada.
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