La pertiguista rusa Yelena Isinbayeva solicitó a la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) la inscripción para competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pese a que ese organismo, que suspendió a la Federación de Atletismo Rusa (FAR) por los escándalos de dopaje que la salpican, prácticamente ha cerrado la puerta a esa posibilidad.
«Isinbayeva remitió ayer a la IAAF la solicitud para competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro», informó hoy a Interfax la portavoz de la FAR, Ala Gluschenko.
La doble campeona olímpica, que posee el récord del mundo en su disciplina, logró la mejor marca mundial del año al saltar 4,90 metros en el Campeonato de Atletismo de Rusia celebrado la semana pasada.
Aunque el Comité Olímpico Internacional (COI) permitió que atletas rusos que demuestren estar limpios puedan competir en Río incluso con la FAR suspendida, la IAAF, en cuyas manos dejó el COI la decisión sobre quién está fuera de toda sospecha, lo condicionó a que esos deportistas hayan entrenado fuera de Rusia.
En estas condiciones, tan sólo una atleta rusa, Yulia Stepanova, que contribuyó además a destapar los escándalos de dopaje, podría acudir a los Juegos.
Pese a todo, hasta 67 atletas rusos manifestaron su intención de solicitar de forma individual su participación en los Juegos Olímpicos, aunque también recurrieron el pasado lunes ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) de Lausana la decisión de la IAAF que les inhabilita para competir en eventos internacionales.
La suspensión a la FAR fue impuesta por la IAAF después de que una comisión independiente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) recomendara en noviembre de 2015 excluir a la Federación Rusa de toda competición internacional, incluidos los Juegos de Río de Janeiro.
La primera entidad en acusar a Rusia de dopaje de Estado fue el canal de televisión pública alemana ARD, que en un documental emitido en 2014 expuso un intrincado sistema de dopaje encubierto por el Estado ruso.
Una comisión independiente de la AMA confirmó que Rusia no cumplía con los protocolos establecidos por el Código mundial Antidopaje y que el gobierno de Moscú es participe de una trama de corrupción y de encubrimiento para que atletas de elite rusos utilicen sustancias prohibidas en competencias internacionales.