El español Rafael Nadal se reinventó en hierba al ganar este domingo el torneo de Stuttgart tras derrotar en la final al serbio Victor Troicki, por 7-6 (3) y 6-3, y lograr el cuarto título sobre esta superficie en su carrera, y el primero en cinco años.
Derrotado en los cuartos de final de Roland Garros por el serbio Novak Djokovic, el Nadal que parecía hundido en París ha resurgido en este ATP 250 que se estrena este año sobre hierba y donde ya triunfó cuando se disputaba sobre tierra batida en dos ocasiones. Su tránsito de tierra a hierba ha sido espectacular y eficaz, dejando atrás las dudas que han mermado su rendimiento en torneos anteriores.
Nadal tiene ya cuatro títulos sobre hierba, los dos Wimbledon logrados en 2008 y 2010, y el de Queens en 2008. Este domingo sumó el cuarto, y el segundo esta temporada, (Buenos Aires) y el número 66 de su carrera en un momento crucial para él, cuando se encuentra décimo en la lista mundial.
Ante Troicki, al que había vencido ya en las cuatro ocasiones precedentes, el test era complicado, porque el serbio, el mejor amigo de Djokovic en el circuito, había sumado 38 saques directos en los tres partidos anteriores hasta llegar a la final.
De hecho, Victor se mantuvo inalterable e inabordable con su saque en el primer set, donde solo cedió un punto con su servicio. Pero tuvo una mácula, en la doble falta del desempate (3-1) que luego se convertiría en un borrón imperdonable.
Por contra, Nadal jugó un primer set de ensueño con su servicio. Salvó el único punto de rotura que Troicki dispuso en el segundo juego, y sumó nueve saques directos, algo inédito en él, (11 en todo el partido) aunque un fiel reflejo de lo que ha sido su saque esta semana, pleno de variantes, cambiando direcciones, proporcionándole después mucha agresividad, y cuyo fruto fueron las victorias ante el chipriota Marcos Baghdatis, el australiano Bernard Tomic, y el francés Gael Monfils.
En el segundo set, Nadal jugó ya sin presión, y le bastó romper en el cuarto juego (3-1) para irse fácil hasta el final sin poner en peligro su servicio, aunque necesitó tres oportunidades para rematar su victoria en una hora y 26 minutos.
“Es un titulo muy especial, porque hacía mucho que no jugaba una final en hierba”, dijo Nadal sobre la pista, “es bueno para mi juego para mi mentalidad y confianza”, añadió Nadal.
“En este momento de mi carrera, cada victoria es importante, y cada titulo significa mucho para mi”, dijo el zurdo de Manacor que ahora, con nuevas ilusiones y confianza afrontará el mítico torneo de Queen’s, la próxima semana, donde coincidirá entre otros con el británico Andy Murray, el búlgaro Grigor Dimitrov, que defiende título, y el australiano Lleyton Hewitt, que competirá en el por última vez.
Con un cheque por 104.600 euros y un Mercedes color limón como premio final, Nadal señaló: “Ha sido una semana muy emotiva para mi, mis rodillas están en buena forma”, dijo el español, “siempre que vengo a Stuttgart me siento muy querido”, añadió al referirse al público que ha llenado la pista central durante toda la semana.
Históricamente, Queen’s es clave para el siguiente torneo, el tercer Grand Slam de la temporada, Wimbledon. Solo siete jugadores han completado el doblete de Londres el mismo año: John McEnroe (1981 y 1984), Jimmy Connors (1982), Boris Becker (1985), Pete Sampras (1995 y 1999), Lleyton Hewitt (2002), Rafael Nadal (2008) y Andy Murray (2013).
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