Un decepcionante Málaga cayó eliminado por el Mirandés, que le ganó en los dos encuentros, este miércoles por 0-1, y que mereció la clasificación para los Octavos de final de la Copa del Rey por la inoperancia y la desidia malaguista; el portero mexicano Guillermo Ochoa, como es costumbre en esta competencia, inició el cotejo.
El conjunto malagueño necesitaba remontar un gol y fue a por el desde el primer minuto, a pesar de la presión muy arriba del Mirandés, en la salida del balón por parte de los malaguistas.
El central bielorruso Egor Filipenko, tuvo la primera ocasión con un remate de cabeza, tras un córner, y el guardameta Raúl Fernández se encontró el balón.
Pero el equipo burgalés, después del gol anulado por fuera de juego del delantero malaguista Adnane Tighadouini, ni se inmutó y continuó como al principio. El centrocampista Carlos Moreno, tras un error de Filipenko, tuvo la opción de adelantarse al quedarse solo delante del guardameta mexicano Guillermo Ochoa, que mandó a córner.
Empezó intenso el encuentro por ambas partes, algo más alocado el Málaga, que dominaba por las bandas haciendo daño.
El joven delantero Javi Ontiveros no fue egoísta y le prestó el balón dentro del área pequeña al delantero paraguayo Roque Santa Cruz, que no pudo empujar el balón cuando estaba solo delante de Raúl Fernández.
El encuentro bajó de intensidad a partir del minuto 20, aunque el dominio correspondía al equipo local, que merodeaba el área del Mirandés, que había bajado algo el ritmo trepidante del principio, pero sin un peligro excesivo.
Lo intentaba el Málaga y de nuevo un centro por la derecha de Horta no encontró rematador. Quedaban nueve minutos para el descanso y los locales se volcaron en la portería del Mirandés, pero sin acierto.
En la segunda parte el Málaga salió peor que en la primera, descentrado, con muchos errores en el pase ante un Mirandés, agresivo y valiente, que merecía la clasificación.
El equipo malagueño era un despropósito en todas las facetas del juego, como si la Copa fuera un estorbo y los jugadores con menos minutos, mostraran por qué no juegan habitualmente.
El Mirandés lo merecía y lo dejó claro cuando se adelantó en el marcador al rematar el delantero Lago Junior, un centro por la izquierda en el minuto 73.
Fue la puntilla a un Málaga totalmente desdibujado, sin actitud y desesperante.
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