Angelique Kerber se impuso el sábado a Serena Williams en tres sets, por 6-4, 3-6, 6-4, y se coronó campeona del Abierto de Australia terminando con la racha de la estadounidense, que había ganado seis finales consecutivas Melbourne Park.
Williams, número 1 del mundo, era la clara favorita para revalidar el título — que se había llevado a casa las seis veces que llegó a la final — y buscaba igualar el record de Steffi Graf de 22 torneos del Grand Slam.
Por contra, por segunda vez en otros tantos majors, se quedó a un paso del éxito. En 2015 Williams ganó el Abierto de Australia, Roland Garros y Wimbledon pero perdió ante Roberta Vinci en las semifinales del Abierto de Estados Unidos. La temporada pasada quedó a un paso de completar el Grand Slam, una posibilidad que se desvaneció esta al perder el primer de los cuatro grandes torneos del año.
La estadounidense, de 34 años, no había cedido un set en las seis rondas previas hasta que el sábado perdió el primer del partido ante la alemana Kerber, séptima preclasificada que disputaba su primera final de un torneo del Grand Slam.
En sus seis enfrentamientos previos, Kerber solo había ganado una vez a Williams —en 2012. La alemana se recuperó de un inicio de torneo dubitativo, donde tuvo que salvar un punto de partido en primera ronda para eliminar a Misaki Doi.
El año pasado se despidió de Melbourne Park tras su primer partido y este reconoció que en el juego ante Doi tuvo «una pierna en el avión de vuelta a Alemania». Sin embargo se convirtió en la primera alemana en ganar en Australia desde Graf en 1994.
Pese a una serie de errores no forzados poco habitual, Williams dejó que Kerber llevara el mando del encuentro.
Kerber, de 28 años, pudo sellar su victoria con un 5-3 a favor en el tercer set, pero Williams se lo impidió. No corrió la misma suerte en el siguiente game y pegó una volea de derecha que se fue larga, su 46to error no forzado de la final.
La alemana lanzó entonces la raqueta al aire y se dejó caer sobre su espalda mientras la pelota caía lejos. Cuando se levantó, la número uno del mundo caminaba hacia su lado de la red y las dos se dieron un abrazo en la mitad de la pista.
«Déjame ser la primera en felicitarte», dijo Williams en su discurso postpartido. «Disfruta el momento. Estoy muy contenta por ti».
Más tarde dijo que parecía estar tan contenta por el resultado como Kerber y agregó: «En serio, debería dedicarme a la actuación».
«Estoy realmente contenta por ella. Lleva mucho tiempo jugando. Tenía una actitud de la que creo que mucha gente podría aprender: Siempre era positiva y nunca se dio por vencida», añadió la estadounidense. «Como yo no pude ganar, me alegro que lo hiciera ella».
Kerber lloró de emoción al acercarse a su equipo, y luego regresó al centro de la cancha con un brazo en alto.
Pero en la ceremonia de entrega de trofeos, la alemana volvía a sonreír de nuevo.
«Eres realmente una inspiración para muchas personas, para muchos jugadores de tenis jóvenes», dijo Kerber sobre su rival durante su discurso. «Has hecho historia, eres una campeona, una persona increíblemente buena así que felicidades por todo lo que ya has hecho».
Hasta ahora, el mejor resultado de Kerber en un major era su eliminación en semifinales del Abierto de Estados Unidos en 2011 y en la misma ronda de Wimbledon en 2012. En los 13 grandes torneos previos al Abierto de Australia solo llegó a cuartos de final en una ocasión.
«Toda mi vida he trabajado muy duro y ahora estoy aquí y puedo decir que soy campeona de un Grand Slam», dijo. «Suena muy loco e increíble».
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