Pocos se movieron rápido, nadie se atrevió a golpear al quarterback o a propinar castigo rudo contra algún rival. El Pro Bowl deparó el domingo una versión suave y amigable del futbol americano.
Pero incluso en un partido dominado por las ofensivas, J.J. Watt fue la estrella.
El defensive end de los Texans interceptó un pase, recuperó un balón suelto y marcó el compás para que la multitud bailara como él durante las pausas comerciales.
El Equipo Irvin derrotó 32-28 al Equipo Carter, en el que militó Watt. Pero el marcador nunca es lo importante en el juego de estrellas de la NFL.
Lo que importa es la diversión, y al parecer el objetivo se cumplió, al menos con Watt, nombrado después el Jugador Más Valioso a la defensiva.
Otros momentos memorables llegaron por cuenta de Jimmy Graham, tight end de los Saints, quien clavó el balón por encima del travesaño del gol de campo, tras aportar touchdowns mediante sus recepciones. No se le castigó por esos festejos, como hubiera ocurrido en un partido normal de la NFL.
Además, Odell Beckham Jr, de los Giants, prodigó una recepción acrobática en el medio campo.
La segunda anotación de Graham, gracias a un pase de una yarda de Matt Ryan en cuarto down, representó la diferencia, con 3:10 minutos por disputar.
Greg Olsen y Emmanuel Sanders aportaron también un par de pases de anotación por cabeza.
Andrew Luck estuvo casi perfecto durante una breve participación en el terreno. Completó nueve de 10 envíos para 119 yardas y dos anotaciones.
Matthew Stafford lanzó para 316 yardas y dos touchdowns, lo que le significó el premio al Jugador Más Valioso a la ofensiva.
El Pro Bowl se tomó una pausa de un año sin disputarse en Hawai. Se llevó a cabo en la misma ciudad que será sede del Super Bowl la próxima semana.
Unos 63.225 espectadores reunidos en el Estadio de la Universidad de Phoenix se divirtieron mientras los equipos recorrían el campo, sin enfrentar mucha resistencia.
“Ha sido fantástico”, dijo el quarterback de Dallas, Tony Romo. “La cantidad de público en el estadio me hizo creer que era un partido regular de la NFL”.
Quizás fue el único que lo creyó.
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