Pep Guardiola descargó su frustración con el joven futbolista Joshua Kimmich, tras el empate sin goles entre el Bayern Munich y Borussia Dortmund.
Al finaliza el encuentro el entrenador de los bávaros buscó al defensa en el centro del campo y comenzó reclamarle con gestos y gritos, mientras el jugador de 21 años sólo aguantaba los regaños del español.
Algunos compañeros de Kimmich quisieron ayudarlo y mostrarle su apoyo pero Guardiola no lo dejó en paz.
Después de un minuto de «regaños» Pep terminó dándole un abrazo a Joshua.