Fabrican órganos humanos a la medida

Aunque parezca increíble, un equipo de investigadores está haciendo crecer órganos en su laboratorio.

En la actualidad, las listas de espera para recibir un órgano de un donante son extremadamente largas.

Muchos pacientes mueren porque los órganos nunca llegan y aquellos que tienen la suerte de recibir una donación, deben pasarse la vida tomando inmunodepresores para evitar que su propio cuerpo rechace el órgano extraño.

Para evitar estos dos problemas, los médicos están tratando de hacer crecer nuevas partes corporales con las células madres de los mismos enfermos.

Anthony Atala, Director del Instituto de Medicina Regenerativa del Centro Médico Bautista Wake Forest, en Carolina del Norte, Estados Unidos, ha hecho grandes avances en la construcción de vejigas y uretras.

Él divide el proceso de construir tejido en cuatro niveles de complejidad.

  •    Estructuras planas, como la piel, que son las más fáciles. Están hechas por lo general de un sólo tipo de célula.

  •    Tubos, como los vasos sanguíneos y las uretras, tienen dos clases de células y actúan como conductos.

  •    Órganos huecos no tubulares, como la vejiga y el estómago, que tienen estructuras y funciones más complejas.

  •    Órganos sólidos, como el hígado, el corazón y los riñones. Son los más complicados, tienen muchas clases de células y más problemas con el suministro de sangre.

“Hemos logrado implantar en seres humanos los primeros tres. Pero no hay ejemplos de órganos sólidos porque eso es mucho más complejo”, dijo Atala a la BBC.

Constructores de vejigas

Su técnica para construir vejigas consiste en tomar primero una muestra de tejido de la vejiga que se va a reparar, de un tamaño aproximado de media estampilla.

Después de un mes, se hace crecer una gran cantidad de estas células en el laboratorio. Mientras tanto, se construye una estructura con la forma del órgano o la parte del mismo que será reemplazada.

“Recubrimos la estructura, como si estuviésemos haciendo la capa de una torta. Depositamos las células sobre la estructura en la posición correcta, una capa a la vez”, explicó el experto.

Luego se introduce este “pastel” en un horno que reproduce las condiciones del interior del cuerpo por dos semanas. Cuando se la retira del horno, la nueva vejiga ya está lista para implantarse en el cuerpo.

Eventualmente el cuerpo absorbe la estructura.

Órganos grandes

Una cosa es crear una estructura para la vejiga, pero otra muy distinta es elaborar la de un corazón.

Uno de los problemas que plantean los órganos grandes es cómo conectar las arterias, los vasos capilares y las venas para garantizar el suministro de sangre que mantiene al órgano vivo.

Por eso, los científicos están investigando la descelularización, un proceso que implica extraer las células originales de un órgano donado para reemplazarlas por células nuevas del paciente que va a recibir el órgano.

Martin Birchall, cirujano de la University College de Londres, participó en una serie de trasplantes de tráquea hechos de esta forma.

La técnica empleada por Birchall comienza con el lavado de la tráquea donada. Se lava la tráquea en una especie de lavarropas. Después de varios ciclos de lavado con encimas y detergentes, se eliminan las células del donante.

Lo que queda es una red de proteínas -mayormente colágenos y elastinas- que le dan la estructura a la tráquea. Se ve y se siente como una tráquea, pero sin células.

Los pasos siguientes son similares a los de la construcción de una vejiga: se toman células madre, en este caso de la médula, y se las hace crecer en el laboratorio antes de añadirlas a la estructura.

El primer trasplante de una de estas tráqueas se realizó en España en 2008.

“Hemos hecho camino empezando con la tráquea. Ahora estamos mirando otra clase de tejidos como el esófago y el diafragma. En el extranjero, se ha dado un gran paso en la construcción de vejigas y uretras”, dice Birchall, pero cree que en los próximos cinco años se llevarán a cabo estudios para efectuar el procedimiento en otros órganos.

Latidos

La investigadora estadounidense Doris Taylor ya utilizó la técnica de descelularización en corazones de ratones para producir órganos que laten.

Taylor quitó las células dejando un “corazón fantasma”, al que luego le inyectó células de corazón.

Ocho días más tarde, el corazón estaba latiendo.

Esta técnica, afirmó Taylor, puede aplicarse a cualquier órgano que dependa de un suministro sanguíneo.

“Ya no es ciencia ficción, fabricar órganos más complejos es nuestro próximo objetivo”, dijo la investigadora.

“Nunca digas nunca”

El equipo del doctor Atala creó un hígado en miniatura que tiene la capacidad de procesar fármacos.

“El desafío es como hacerlo en tamaño natural”, señala Atala.

La bioimpresión, que funciona igual que una impresora común y corriente pero que imprime capas de células, permitió imprimir un riñón.

Aunque estos avances todavía están muy lejos de convertirse en un tratamiento médico -si es que alguna vez llegan a serlo-, los investigadores están convencidos de que llegarán a dominar estas técnicas.

“La meta es seguir aumentando el número de tejidos”, dice Atala.

Claro que crear una mano es mucho más complicado que cualquier cosa que se haya hecho hasta ahora en un laboratorio. ¿Será posible en un futuro no muy lejano?

“Nunca digas nunca, pero ciertamente, es algo que la mayoría no llegará a ver en su vida”, concluye Atala.

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