Por Brenda Liz Nuñez
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Precisamente, en Guerrero Negro, en la división de las dos Baja Californias, en temporada pasada arribaron dos mil 086 cetáceos y se registraron más de 600 nacimientos.
Si bien la temporada de avistamiento de ballenas está por comenzar, el mejor momento para visitarlas va del 2 de enero al 30 de marzo, fecha en donde no sólo el clima es muy agradable, sino que se tiene la mayor concentración de estos mamíferos.
Y para aprovechar al máximo la visita a esa región, hay que pasar por la Reserva de la Biósfera de Vizcaíno, la más grande de América Latina con más de dos millones de hectáreas, hogar de diversos ecosistemas al igual que de las Pinturas Rupestres de la Sierra de San Francisco, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1993.
Existen compañías que ofrecen excursiones de un día y hasta campamentos, según las capacidades y necesidades de cada viajero. Hay paseos en jeep hasta las escalinatas de la cueva o bien, viajes en mula por varias horas para luego hacer una caminata hasta las pinturas y pernoctar en la zona. Los precios van desde los mil 500 por persona por día
La excursión vale la pena pues durante el trayecto de Guerrero Negro a la Reserva, se sube de los 50 a los mil 150 metros sobre el nivel del mar en sólo unos cuantos kilómetros lo que permite apreciar cuatro tipos de ecosistemas.
Cómo llegar
- Para llegar a Guerrero Negro en auto, sólo hay que manejar desde La Paz o Los Cabos. El recorrido desde San José del Cabo es de poco más de 900 kilómetros, por lo que se recomienda hacerlo en varias etapas visitando los pueblos y misiones ubicadas a lo largo de la península.
- Desde el aeropuerto Hermosillo, Sonora, dos compañías ofrecen el transporte aéreo hasta Guerrero Negro con salidas prácticamente diarias. Los precios van desde los mil pesos a mil 300 pesos por trayecto, según la temporada.
