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Paraíso temático del sexo kinky: entre la frivolidad y la exploración imaginaria emergen en Japón los “hoteles del amor”, recintos dedicados a generar alegorías narrativas para complementar un encuentro sexual.
Desde jaulas gigantes originalmente destinadas a retener aves mitológicas hasta cuartos de interrogatorio para prisioneros, pasando por entornos subacuáticos, iglesias, carruseles, bosques, consultorios médicos, iglúes, y vagones de metro son los escenarios en los que los japoneses tienen sus encuentros sexuales.
En síntesis, son paraísos artificiales para aquellos que gustan convertir el sexo en una plataforma para aventurarse en parajes y situaciones imaginarias que complementen su intercambio de fluidos y data cósmica.
En Japón, el primer hotel de este tipo apareció en los años sesenta y debido al éxito adquirido, se replicaron rápidamente en el país y en diversas partes del continente asiático, como Corea y Tailandia.
En este contexto vale la pena recordar que tal vez ninguna cultura contemporánea haya alcanzado la sofisticación sexual de la que pueden presumir los japoneses.