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Más que un hotel parece una galería de arte con todas las comodidades que te puedas imaginar; mientras caminas por sus pasillos o disfrutas de una cerveza en su bar, puedes contemplar obras de arte originales de artistas neoyorquinos.
El estilo kitsch urbano de la ciudad se respira por las 86 habitaciones equipadas con la más alta tecnología, por aquello de que la vida intelectual exija mayor tiempo dedicado al trabajo. Pero a Crosby Street Hotel nadie va a trabajar, es el lugar perfecto para ir a sociabilizar e incluso para disfrutar de una película famosa; en el sótano del edificio una sala de cine, de lo más atractiva, ofrece por tan sólo 50 dólares la proyección de un film acompañado por una rica cena, o por tan sólo 25 dólares, coctéles y bocadillos después de la función.
Si algún día visitas Nueva York, te recomendamos ampliamente ir a este hotel, no tiene que ser necesariamente para hospedarte, si no tan sólo para disfrutar de su diseño y decoración.
