La timidez podría tratarse como el mal aliento, simplemente habría que aplicar en la nariz un aerosol de oxitocina, la llamada hormona del amor, y esperar una reacción química en el cerebro que transformaría a un introvertido en un personaje locuaz
Un grupo de investigadores de la Universidad de Concordia de Montreal (Canadá) ha confirmado los efectos de autoconfianza y desinhibición que se asocian a la oxitocina, una sustancia que se produce en grandes cantidades durante el embarazo y que en el mundo médicos suele conocerse como la hormona del apego o del abrazo.
El estudio, publicado en la revista Psychophamarcology, detalla que la oxitocina “facilita la conducta social y modifica la forma en la que procesamos las señales sociales externas, su codificación y su interpretación”.
Para el estudio se suministró dos tipos de spray a cien hombres y mujeres entre 18 y 35 años, uno con oxitocina y otro con una sustancia que funcionaba como placebo.
“La oxicitina facilita la conducta social y modifica la forma en la que procesamos las señales sociales externas”
Mark Ellenbogen, Universidad Concordia de Montreal
“Los participantes que se administraron oxitocina intranasal tuvieron calificaciones más altas de extroversión, amabilidad y apertura a nuevas experiencias que quienes utilizaron el placebo”, explicó Christopher Cardoso, uno de los autores del estudio.
“La oxitocina”, subrayó Mark Ellenbogen, director de la investigación, “facilita el comportamiento social, cambiando la forma en la que uno se percibe a sí mismo. Si usted se siente más extrovertido y confiado, probablemente sea más propenso a actuar de esta manera en las situaciones sociales”.
Un aspecto relevante del tratamiento es que “no se produjeron efectos secundarios, salvo un poco de irritación nasal en un pequeño porcentaje. Sin embargo, aún no sabemos si hay efectos negativos asociados a su uso continuado”, aclaró Ellenbogen.
Sus efectos en el autismo
Los efectos positivos de la oxitocina también se vienen analizando en el tratamiento de fobias sociales o en casos de autismo.
En ese sentido, el psiquiatra Eric Hollander del Colegio de Medicina de Nueva York, ha encontrado que la hormona mejora la capacidad de los autistas para reconocer las emociones.
Hollander aplicó vía intravenosa oxiticina a quince adultos autistas que comenzaron a reconocer más fácilmente estados de ánimo como alegría, tristeza o enojo. Asimismo podían recordar y pronunciar frases que involucraban a otras personas. El efecto tuvo una duración de dos semanas.
“Los comportamientos repetitivos también se redujeron. Algunas personas autistas repiten palabras, mueven sus manos o desarrollan rituales compulsivos como una forma de auto estimulación”, detalló Hollander a la Asociación Británica de Psicofarmacología.
A las personas que participaron en la prueba se les escaneó el cerebro para identificar los posibles cambios. Hollander encontró que la zona del subgenual del cerebro, la parte que asocia con los estados de depresión, se normalizó con la oxitocina.
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