El trabajo, publicado este miércoles en la revista Biology Letters de la Academia de Ciencias Británica, fue realizado en la capital mexicana por científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.
Los investigadores se centraron en dos especies, el gorrión común o gorrión europeo, passer domesticus, que fue llevado a América en el pasado y se ha extendido en las ciudades, y el pinzón mexicano o pinzón común,carpodacus, que es nativo de Norte y Centroamérica.
“En ambos casos encontramos que las aves usan material de las colillas de los cigarros para cubrir el nido y que agregar este material reduce la cantidad de ectoparásitos, como piojos y ácaros”, dijo a BBC Mundo el Dr. Constantino Macías García, del Instituto de Ecología de la UNAM, y uno de los autores del estudio.
El investigador señaló que hasta ahora sólo había reportes anecdóticos del uso de filtros de cigarrillo y otros materiales en los nidos. “Lo nuevo es la evaluación de las consecuencias del uso de estos filtros de cigarrillos”.
Una de las preguntas que los investigadores intentan responder ahora es si las colillas, más allá de su efecto repelente, también pueden tener un impacto tóxico, especialmente en las madres.
“Es algo que ahora pretendemos indagar. Además de la nicotina, en estas colillas vienen cientos de sustancias, incluyendo insecticidas o restos de otros agroquímicos, que son resultado del proceso de generar tabaco”.
El investigador señaló que se trata de trazas de insecticidas, pero las aves pueden acumular grandes cantidades de material. Pero las aves dedican mucho tiempo a construir sus nidos y las cantidades acumuladas pueden ser grandes. “En un caso encontramos en un nido material equivalente a 48 colillas”.
“Sospechamos que el efecto negativo podría extenderse a la madre cuando está echada. Pasa mucho más tiempo que los pollitos en el nido puesto que incuba primero los huevos y podría estar expuesta muy directamente a sustancias toxicas y eso es parte de la investigación que estamos pensando emprender a partir de la primavera”.
Nicotina repelente
La mayor parte del tiempo no se encuentran filtros completos en los nidos. “Los manipulan y deshilan con el pico, quitan el papel y utilizan la fibra de celulosa para darle un recubrimiento al nido como si fuesen plumas en el interior”, explicó Macías García a BBC Mundo desde Escocia, donde se encuentra en un período sabático en la Universidad de St. Andrews.
“El experimento lo hicimos en el campus de la UNAM, me da un poco de pena que haya tantas colillas disponibles. Las aves las recogen cerca de los basureros y en la calle”.
Los científicos también utilizaron en los experimentos colillas de cigarrillos “fumados” por una máquina, para comparar la presencia de ácaros en nidos con y sin material de filtros. Para determinar la cantidad de ectoparásitos utilizaron trampas térmicas, ya que los insectos son atraídos por el calor.
Uno de los grandes interrogantes es por qué las aves eligen los filtros para sus nidos.
“Una posibilidad es que parece un material similar a plumas o pelos de animales que utilizan naturalmente para cubrir los nidos por sus propiedades térmicas aislantes. La otra es que directamente les atrae el material, porque la nicotina que es uno de los muchos compuestos que quedan en los filtros después de que el cigarro es fumado, tiene propiedades de repelente de parásitos y podría ser que reconozcan esto por el olfato. Las aves pueden utilizar el olfato para reconocer sustancias en las plantas”.
El investigador explicó que la nicotina “es una sustancia que se encuentra comúnmente en muchas plantas, particularmente un grupo que se llama nicotiana que incluye el tabaco mismo, y como muchas otras plantas generan sustancias que les ayudan a defenderse de los herbívoros”.
“Las plantas están enfrascadas en una carrera evolutiva desde siempre con quienes se las comen y la nicotina parece haber evolucionado como un mecanismo de defensa que repele insectos. Los humanos hemos reconocido esa función dado que el tabaco es utilizado como repelente de ácaros”.
“Un mundo más pobre”
Los científicos planean iniciar experimentos en la siguiente temporada reproductiva para determinar por qué las aves seleccionan los filtros y cuantificar los posibles efectos tóxicos de las colillas.
Las especies estudiadas se reproducen de finales del invierno o principios de primavera, desde febrero hasta la época de lluvias en julio.
“Algunas aves intentan sacar una tercera nidada en la época de lluvias pero conforme avanza la temporada dejan de reproducirse. Pueden pueden tener dos o tres nidadas en el año”.
El estudio fue iniciado como tesis de licenciatura por una estudiante del Dr. Macías García, Montserrat Suárez Rodriguez, autora principal del estudio, que también cuenta con la coautoría de la Dra. Isabel López Rul.
Para el biólogo, la investigación “podría mostrar un ejemplo de cómo las aves y todos los organismos se adaptan a las condiciones que les vamos imponiendo al urbanizar el planeta. Refleja las muchas herramientas que tienen en su repertorio las aves y su capacidad plástica”.
Pero el científico mexicano también cree que debe hacerse “una nota de precaución, porque no todas las aves parecen tener la misma capacidad de adaptarse”.
“Si seguimos sin arreglar nuestro camino podríamos estar creando un mundo empobrecido en que algunas especies se adaptan bien a las nuevas condiciones y otras muchas no, como las aves sudamericanas a las que parece costarles adaptar su canto al ruido urbano. Esas aves podrían empezar a ser menos comunes en nuestros ambientes”.
“Podríamos estar generando diferencias haciendo que algunos grupos se vean favorecidos y otros menos y esto podría llevarnos a un mundo mas pobre”.
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