No hay química. No hay orgasmos. No hay nada. Pero aun así, como en las malas parejas –donde muchos solo conviven con alguien que no les gusta tanto– las personas también aguantan años de pésimas relaciones sexuales. Quizás por razones narcisistas y psicológicas. Esto es lo que quiere probar el estudio del psicólogo Erin Fallis, de la Universidad de Waterloo.
La investigación, publicada en la revista Sexual Behavior, insinúa que la percepción que se tiene de la satisfacción de la otra persona no es confiable, ya que nadie termina de saber si lo que se le hace al otro en este terreno es del todo placentero. Es decir que en cuestiones de desempeño sexual, casi siempre es como si fuese la primera vez.
Fallis afirma que para mejorar esta situación las parejas deben tener buena comunicación. De las 84 parejas heterosexuales que participaron en el estudio, los mayores niveles de satisfacción se dieron con quienes tenían este factor. Obviamente, las demás parejas calificaron su nivel de percepción de satisfacción del otro como “buena”. Las calificaciones casi siempre fueron iguales, lo que indicó que si la pareja le decía a uno de los encuestados que le gustaba lo que le hacía en la cama o fingía un orgasmo, esta se lo creía.
El estudio indica lo importante que es la comunicación de la pareja en el sexo, sea verbal o no verbal. La estimulación sexual, por ejemplo, es una herramienta determinante a la hora de satisfacer al otro y conseguir el propio placer.
