Estilo de vida

¿Tienes fuerza de voluntad? El test de los hábitos te lo dice

¿Tienes fuerza de voluntad o sucumbes a la tentación de comerte una dona o quedarte dormido y no hacer ejercicio. Charles Duhigg, autor de La fuerza de los hábitos, te pone a prueba

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1. Cuando sientes ganas de comerte una galleta, tú:
A La ignoras y luchas con la idea de degustarla.
B Te dices a ti mismo, si contesto los e-mails pen-dientes, puedo darme el capricho de comerme una.
C Comienzas a buscar alguna excusa para ir a comprarla.
D Corres hacia la bandeja de galletas que está en la sala de descanso.

2. Cuando ves una caja de donas en un mostrador:
A Entras en una auto-negación. (“Yo soy más fuerte que ellas”.)
B Piensas en lo bien que te verás en la playa, si no te la devoras.
C La cambias por una ga-lleta rellena de jalea, incluso si acabas de
saborearte un gran desayuno.
D Pides perdón y después limpias el azúcar que te quedó en la barbilla.

3. Cada mañana…
A Sales a correr. No impor-ta si hace buen o mal tiem-po; así nieve, tiemble o haya un huracán.
B Comes algo saludable y, si tienes tiempo, haces un poco de ejercicio.
C Miras con cara de pena la ropa de entrenamiento y luego disfrutas de un rico waffle frente a la TV.
D ¿En la mañana? ¡Hace años que no me levanto a esas horas!

4. Cuando deseas concebir un nuevo hábito, tú:
A Te programas mental-mente para realizar un nuevo algoritmo.
B Buscas un detonante que permita crear un comportamiento y el tipo de re-compensa que debes darte a ti mismo una vez que lo cumplas.
C Escribes una nota que diga: “No olvidar hacer…” y la pegas en el espejo.
D Piensas que establecer otra rutina es demasiado trabajo.

5. Vas a comenzar a entrenar para un triatlón, tú:
A Reduces tus horas de entrenamiento. Sientes que ya estás preparado para la gran competencia. Es un deporte cualquiera; un juego de niños.
B Elaboras un plan de entrenamiento, piensas en los posibles motivos por los cuales podrías incumplirlos y qué hacer cuando te encuentres con ellos.
C Le cuentas a tu hermana que te inscribiste para el maratón y luego olvidas entrenar.
D Vendes la entrada por Internet.

6. Si estás sentado en un restaurante mirando una cesta de panecillos…
A La ignoras sin hacer mayor esfuerzo. No has comido ni un carbohidrato en 12 años.
B Colocas los postres fuera de tu alcance para no caer en la tentación.
C Les echas sal y pimienta.
D Te comes todos los que puedas y guardas aquéllos que no te entraron.

7. Si te preocupas por beber demasiado…
A No vuelves a probar una gota de alcohol en tu vida.
B Intentas buscar las causas por las cuales estás tomando una copa todas las noches.
C Cambia los cocteles por medio vaso de vino o una cerveza después de la cena.
D Sustituyes el licor por drogas fuertes.

8. Después de tener un hijo, tu prioridad es:
A ¿Cuántas medallas de oro va a ganar mi vástago? Si obtiene menos de 10, lo consideraría como un fracaso.
B Le enseñas a tener hábitos de autodisciplina, como tender la cama a diario, lo que, a su vez, le facilitará hacer las tareas a tiempo.
C Haces todo lo posible para que tenga costumbres saludables y armónicas en el hogar.
D No te importa que tenga una figura paterna.

Puntuación
Date un punto por cada “A”, 2 por cada “B”, 3 por cada “C” y 4 por cada “D”.
– 8 puntos: eres el hombre o la mujer biónica. No te preocupas por los hábitos, todo depende de la manera en que los programas.
– 9 a 16 puntos: ¡felicitaciones! Entiendes que los hábitos se pueden planificar y cambiar. Sabes que requieren de un detonante y de una recompensa. Si logras distinguir qué es lo que despierta el cambio y qué tipo de recompensas debes atribuirles, puedes renovar cualquier norma de conducta.
– 17 a 24 puntos: has aprendido a controlar algunos patrones, pero puedes cambiar otros.
– 25 a 32 puntos: no te preocupes. Mejor continúa divirtiéndote con los video- juegos.

Charles Duhigg nos responde sobre los hábitos

¿Cómo manejarlos?
Los hábitos son meca-nismos automáticos de conducta necesarios para la supervivencia, pero ¿qué pasa cuando se convierten en patro-nes autodestructivos? Duhigg nos explica.

¿Qué es un hábito
— Hay partes del día en que somos irreflexi-vos y nuestra con-ducta se convierte en mecanismos automáticos: los hábitos. Este instinto para ahorrar esfuerzos nos permite dedicar nuestra energía mental a cosas más importantes.

¿Y cuáles son los malos hábitos?
— Cuando no puedes evitar hacer algo, pero en el fondo sabes que no deberías hacerlo.

¿Cómo se crea un hábito?
— Para intentar ahorrar esfuerzo mental, el cerebro gasta una gran cantidad de energía al inicio de un nuevo hábito en su afán por encontrar algo, un de-tonante, que le mues-tre pistas del patrón de conducta que debe seguir. El proceso que se desarrolla es una secuencia de tres pasos:
– DETONANTE: el dispa-rador que determina que nuestro cerebro entre en el modo au-tomático y le señala cual hábito debe usar.
– RUTINA: puede ser física, mental o emocional.
– RECOMPENSA: le ayuda a distinguir si merece la pena repetir esta secuencia en particular en ocasiones futuras. “Con el tiempo, dicha secuencia la ejecuta-mos automáticamente hasta que se ​​entrelace con el detonante y la recom-pensa y surge un gran sentido de la ilusión y anhelo. Es ahí cuando nace un nuevo hábito”.

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