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Sí, hay que ser “creativos” a la hora de tener intimidad con la pareja, pero… ¿hasta qué punto? Lee estas once historias para ver por qué ciertos lugares jamás serán seguros:
La ventana secreta
Pasó este año. En China, una pareja decidió apoyarse contra una ventana. En pleno acto, la ventana se rompió, cayeron al suelo y murieron.
La abejita maya
Había una vez un tipo sueco. Decidió que debía practicar el onanismo con un panal de avispas. Pasó lo inevitable. Fin de la historia. Lección: NUNCA lo haga.
Mi pequeño pony
En Seattle, un ingeniero aeronáutico llamado Kenneth Pinyan, pagaba por tener sexo con caballos luego de salir a trabajar. Uno de sus amantes equinos simplemente le provocó sangrado y perforaciones internas.
Piano man
Eran los años 80, en un club de San Francisco. Un portero fue a “divertirse” con su novia sobre un piano hidráulico, de esos que bajan del techo. El piano se elevó y los dos quedaron aplastados.
Pollitos en fuga
Un cincuentañero chino, luego de ver porno por Internet, decidió tener la brillante idea de irse a un gallinero a practicar el amor propio. El tipo murió de un infarto, debido al frío y su corazón arrítmico.
“Oh, sí, nena”
No, no es buena idea tomarse todo un frasco de Viagra para estar en una orgía 12 horas, viendo “si funciona”. Eso hizo Sergey Tuganov, en 2009, y todo por una apuesta. Por supuesto, luego de hacerlo, murió.
¡Soy el rey del mundo!
Eso pensó seguramente el tipo que decidió tener sexo con su novia en el campus de la Universidad de Carolina del Sur, en 2007 (vea la foto). Se inclinaron tanto, que se cayeron y murieron.
“Nadaremos, nadaremos, en el mar”
O bueno, en el río. Esto le pasó a una pareja británica en 2002, que estacionó el carro al lado de un río. Luego, fueron a divertirse en la parte trasera pero se les olvidó poner el freno de mano. El auto rodó al río, y los dos murieron.
Manitas creativas
La típica historia de la secretaria y el jefe, pero en Los Ángeles, en 2006. Decidieron experimentar, en el balcón de su hotel y al cambiar de posición, la mujer se cayó del edificio. Por supuesto, el jefe fue a un juicio de asesinato porque el fiscal no creía la historia. Pero el jurado lo declaró inocente.
George de la Selva
Esta historia es en el Serengeti y sucedió en marzo. Una mujer africana decidió tener sexo con su socio en los arbustos, precisamente cerca de un león. Este, ni corto ni perezoso, atacó y la mató.
Riding in cars with boys
A las parejas les encanta divertirse en sus automóviles, pero a veces son arrestadas. Entonces tienen la gran idea de guardar el carro en la cochera y… dejarlo prendido. Y luego, voilá: Morir ahogado por el monóxido de carbono que desprende el automotor. Eso ocurrió con un jugador de fútbol rumano en los 90, y con una pareja australiana. También con un par de amantes gringos.
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