Hace unos años esta mujer se cambió el nombre a Blondie Bennett y comenzó a transformarse en una muñeca de carne y hueso. En entrevista con MSN, Blondie, de 38 años, admite que considera que lo natural es aburrido y que ser humano también lo es: “me encantaría ser de plástico”, confiesa. Bennett asegura que desde su infancia decidió que quería convertirse en una muñeca Barbie.
A pesar de estar desempleada, Blondie ha gastado más de 40 mil dólares en cirugías plásticas. Cuatro de éstas, la han dejado con una copa 32JJ. Cuando le preguntaron cómo costea su extravagante vida, la mujer explica: “Tengo un hombre especial que paga mi renta. Salimos de vez en cuando. Básicamente soy su muñeca. También tengo otros amigos que se sienten atraídos hacia el botox y las inyecciones de colágeno en los labios, así que pagan por mis cosas a cambio de que grabe videos para ellos”.
Su transformación no sólo ha sido física, también es psicológica. La mujer espera reducir su coeficiente intelectual a través de hipnoterapia. “Quiero ser la Barbie definitiva. Quiero ser realmente descerebrada”, dijo en su entrevista con el diario Mirror. El tratamiento psicológico ocurre dos o tres veces por semana por Internet y la mujer asegura que está funcionando: “He tenido 20 sesiones y ya me comienzo a sentir un poco tonta y confundida todo el tiempo […] Recientemente fui a recoger a un amigo al aeropuerto y no podía recordar si debía esperarlo en la sala de llegadas o en el área de salidas”.
A pesar del apoyo de desconocidos, Blondie ha perdido a su familia y sus amigos por su transformación, pero ella asegura ser completamente feliz. Pueden seguirla a través de Twitter en @busty_doll pero, como advertencia, su perfil no es apto para menores de edad (ni para cuando estemos en la oficina).
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