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Investigadores de la Universidad de Missouri encontraron que una fuerte conciencia de la propia mortalidad disminuye las actitudes militaristas, incrementa el altruismo y la amabilidad y reduce los índices de divorcios.
Durante una investigación algunos voluntarios discutieron sobre temas que amenazan la vida en general, tales como una posible guerra con Irán o las drásticas consecuencias del cambio climático.
Cuando se les pidió que pensaran en su propia muerte, expresaron niveles menores de militarismo y “se sintieron asociados con la humanidad en su conjunto”, según comenta el responsable del estudio, Ken Veil.
El grupo también evidenció efectos subconscientes mejorados a la hora de imaginarse cómo iba a ser la hora de su desaparición.
Además, los transeúntes son “más propensos a ayudar a los extranjeros y extraños, si caminan por una zona cercana a cementerios”. El estudio está basado en investigaciones anteriores sobre la conciencia de la propia mortalidad, que usualmente está relacionada con el miedo y la depresión.
Veil y su equipo son parte del departamento de la Teoría del Manejo del Terror, que analiza las causas del miedo extremo.
El investigador se dio cuenta de que grandes desastres afectan la dinámica social y descubrió que los ataques terroristas, como el del 11 de septiembre, pueden ser un factor importante de cohesión social. “Los medios de comunicación y los investigadores tienden a enfocarse en las reacciones negativas de estos actos de terrorismo, como la violencia y la discriminación contra los musulmanes”, comentó. “Pero algunos estudios también revelaron que las personas expresaron altos niveles de gratitud, esperanza, amabilidad y liderazgo después del 9/11.
Así, algunos estímulos aumentan nuestra conciencia de la muerte y la reacción positiva es tratar de reafirmar que el mundo también tiene cosas positivas”, agregó.
Por otra parte, el psicólogo Dirk Flower, de Flower Associates, dijo a Publimetro Internacional: “Sabemos que los individuos se ayudan unos a otros en un desastre y que los traumas permiten tratarse como iguales”.
Algo más
– Antes de realizar el estudio fue necesario conocer los diversos conceptos de muerte que alojan las poblaciones, también indagaron profundamente en todos los análisis que han sido elaborados alrededor de los efectos positivos de poseer vestigios de que vamos a morir.
– Además, otra investigación, efectuada en 2008, comprobó que vivir físicamente cerca de un cementerio afecta nuestra disponibilidad de ayudar a otros; es decir, solemos estar más dispuestos al altruismo.
– En tanto, en 2010, la Universidad de Leipzig demostró que las personas más alertas a su propia mortalidad son más propensas a mantener conductas ambientales correctas.
– Según los investigadores, el valor cultural influye en dichas conductas.