Debajo de ella está la plataforma que da vida a la Ford Bronco Sport; un desarrollo pensado para ser resistente y confiable, además de llevar toda la emoción del enigmático nombre “Bronco” a un distintos segmentos de mercado, sin tener sacrificar capacidades de tracción total y buen desempeño, así como los numerosos modos de manejo a los que ya nos ha acostumbrado la marca.
Aún con ello las capacidades de una pick-up no la dejan fuera; carga más de 700 kilogramos y arrastra más de 900 kilogramos, con lo que su función está intacta para llevar remolques o carga a cualquier destino. En Maverick encontramos un manejo de SUV, pero con la flexibilidad de la caja de una pick-up, que créanme con su debido sistema de retención de carga y tapa hermética funciona mucho mejor que una SUV. Cuenta con una imagen de fortaleza única al ser pick-up y llevar el logo Ford.
Ford México decidió configurarla en dos opciones, que varían en dos características fundamentales, tracción a las cuatro ruedas y eje trasero independiente, o tracción a las ruedas delanteras y eje trasero con una barra flexible, pero ambas guardan la misma capacidad de carga y remolque.
Otra área donde varían y se debe acercar seriamente la decisión es en el equipamiento ya que la XLT inicia en 635 mil 500 pesos, y la diferencia a la Lariat es de 115 mil 500 pesos; pero francamente el equipamiento de la versión Lariat lo vale. Ford ha cambiado un poco sus especificaciones de vehículos y quizás siga así, ofreciendo lo más alto en precio de mercado como sucede en otros segmentos como Escape e incluyendo versiones sumamente accesibles a sus nichos, como lo es precisamente Maverick XLT, donde básicamente si no le importa el acceso sin llave y el botón de arranque, el quemacocos eléctrico y la tracción a las cuatro ruedas, entonces hará una gran compra de valor con el mismo equipamiento de seguridad y desempeño además de sistemas de seguridad activa y pasiva ya que no cambian en nada.
Ford Maverick, desempeño y funcionalidad
El motor Ecoboost de 2.0 litros y sus 250 caballos de potencia, la hacen ágil para la ciudad, con su tamaño de pick-up de entrada, gran arranque en todas situaciones y en carretera la convierten en una opción eficiente.
Silenciosa, agradable de manejar, suave pero ruda cuando se le necesita; cuando la manejamos se nos olvida que es una pick-up. Su construcción elimina todo el baile propio entre una cabina de dos puertas y una cama de carga, propios del estilo de carrocería, por ello es el gran crossover entre estos dos segmentos.
La innovación de Ford en este vehículo la hace sobresalir de todo lo que hay actualmente en el mercado. Mantiene el famoso “Nacidos Ford, nacidos Fuertes” y ahí es donde estas camionetas siempre han estado en lo más alto, simplemente la F-150, Lobo y ahora la Lightning – totalmente eléctrica – son herederas de lo mejor en este segmento y ahora lo tiene Maverick.
Revivir el nombre es otra buena decisión, pues nada podría llamarse Maverick, más que un Ford, y francamente nos hubieran dejado fríos o con sentimientos encontrados en caso de nombrar una Bronco Sport como pick-up, así han mantenido a cada una con su personalidad.
Mención especial al diseño de cada panel en su interior, puertas, consola, asientos y todo el tablero, sin duda cuenta con esa personalidad única, que ayuda a apreciar la creatividad de Ford en este segmento. La única manera en que no la compraría sería si no se equipa con la tapa hermética y sistemas de retención de carga, pues asumo que es un vehículo de diario, personal y no de trabajo o fin de semana.