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Golfistas minimizan críticas y abandonan la PGA para unirse a liga saudí

Jugadores como Dustin johnson y Graeme McDowell fueron convencidos por la cantidad de dinero que se entregará en premios

Las estrellas de la nueva liga financiada por Arabia Saudí intentaron deslindarse de la preocupación sobre los abusos a los derechos humanos en ese país, y firmaron para obtener incluso cientos de millones de dólares, a pesar del riesgo de ser vetados de los torneos tradicionales.

Tras anunciar que dejaría la Gira de la PGA para unirse a la LIV Golf Series, Dustin Johnson evadió las preguntas sobre la fuente de la bolsa de 25 millones de dólares en premios que viene de un fondo soberano de Arabia Saudí.

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El primer LIV Golf Invitational se realizará a partir del jueves en las inmediaciones de Londres.

Otro excampeón de un major, Graeme McDowell, buscó mostrarse conciliador públicamente en la conferencia de prensa tras provocar una fractura en el golf al firmar con la serie rebelde que parece formar parte de los intentos de Arabia Saudí por reformar su imagen, como un país que apoya la realización de lujosos eventos deportivos y no como una nación que comete abusos contra los derechos humanos.


El golfista norirlandés, que ganó el U.S. Open y la Copa Ryder en 2010, hizo referencia al asesinato de Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul como una situación que generaba una legítima preocupación.

Pero el deportista aceptó unirse a una serie que “es increíblemente polarizante” para el deporte.

“Tomemos la situación de Khashoggi, dijo. “Todos estamos de acuerdo que es condenable. Nadie va a discutir ese hecho”.

Los servicios de la inteligencia estadounidense consideran posible que el asesinato del periodista saudí que vivía en Estados Unidos haya sido ordenado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, quien encabeza el fondo público de inversión. El príncipe niega que haya cometido cualquier acto indebido.

Este fondo suministra cientos de millones de dólares para remunerar a los golfistas por su participación en el torneo y para premiarlos. Los jugosos montos han seducido a varios jugadores para que dejen las giras establecidas, incluso poniendo en riesgo su participación en majors y la Copa Ryder.

Grupos defensores de los derechos humanos afirman que Arabia Saudí está simplemente “lavando deportivamente” su imagen.


McDowell se negó a hablar de asuntos específicos del país para el que estaría trabajando en términos efectivos.

“Realmente creo que el golf es una fuerza para el bien en el mundo —sólo intento ser un gran modelo a seguir para los niños”, dijo. “No somos políticos, sé que ustedes odian esa expresión, pero no lo somos, desafortunadamente. Somos golfistas profesionales”.

Se preguntó a McDowell cómo ayudaría su participación a las mujeres que son oprimidas en Arabia Saudí, o a los individuos LGBTQ cuyo derecho para vivir libremente es criminalizado, o a los trabajadores migrantes cuyos derechos son violados, o a las víctimas del bombardeo de Yemen encabezado por los saudíes o a los 81 hombres que fueron ejecutados por el régimen en marzo.

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“Me gustaría tener la capacidad de sostener esa conversación con ustedes”, indicó McDowell. “Como golfistas, si intentáramos curar las situaciones políticas de cada país en el que jugamos, no jugaríamos mucho golf. Es realmente una pregunta difícil de contestar”.

“Estamos aquí para enfocarnos en el golf y lo que hace de manera global como los modelos a seguir que son estos chicos”.

La serie está bajo la supervisión de Greg Norman, con torneos a 54 hoyos y un inicio de escopeta que ve a cada grupo comenzar al mismo tiempo en distintos hoyos. El ganador recibe 4 millones de dólares, mientras que el último lugar se lleva 120,000 dólares.

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Los golfistas están recibiendo más presión que otros deportistas que han competido en Arabia Saudí. Mientras que deportes como el golf, futbol y la Fórmula Uno han elegido realizar eventos en Arabia Saudí sin consultar a sus estrellas, el LIV presenta el caso de golfistas que optan por dejar una estructura existente a cambio del proyecto de la monarquía.

Tiger Woods y Rory McIlroy están entre los que rechazaron el proyecto.

“Una oportunidad como esta llega, en donde puedes jugar los últimos tres o cuatro años de tu carrera en un ambiente muy lucrativo. Sería demente dejarlo ir como un empresario”, indicó McDowell, de 42 años.

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Ari Fleischer, exsecretario de comunicación de la Casa Blanca en la presidencia de George W. Bush, fue la persona designada por los organizadores del torneo para conducir las dos conferencias de prensa en las que participaron golfistas el martes. Les hizo preguntas a los jugadores antes de que la prensa pudiera preguntar.

Se hizo una pregunta a Fleischer sobre un mensaje que publicó mediante Twitter en el 2011, en el que habló de Arabia Saudí e insinuó que el rey estaba dispuesto a “gastar cientos de miles de millones de dólares para no ser derrocado”.

Dijo que hizo ese comentario “hace mucho, mucho tiempo”.

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