El malogrado líder de la banda Queen es hoy en día una de las grandes leyendas de la historia de la música, pero eso no significa que sus inicios en el exigente mundo del rock fueran fáciles y menos aún que su peculiar voz fuera del gusto de todo el mundo.
De hecho, sus propios compañeros Brian May (guitarrista del grupo) y Roger Taylor (batería) aseguran sin reservas que las dotes vocales del mítico cantante no eran precisamente las “mejores” cuando este solicitó ingresar en Smile –la formación que precedió a Queen–, un tímido adjetivo cuyo significado Taylor se encarga de ampliar describiendo la voz de Mercury como la de “una oveja balando”.
“La verdad es que pensábamos que su voz no era precisamente de las mejores. La verdad es que diría que sonaba como una oveja, como una oveja balando desesperadamente. No nos convenció al principio. Pero pienso que la esencia de Freddie Mercury residía en su energía y vitalidad, eso era lo que le hacía único y especial. Él encarnaba la idea de que con tesón y confianza todo se puede conseguir en la vida. Creía en sí mismo y creía en nosotros”, explicó el batería de Queen a la revista musical NME.
Una vez ganado el respeto del resto de integrantes del grupo, Freddie Mercury se convirtió en el líder “perfecto” que sentó un precedente en la industria de la música por la forma tan cercana en que interactuaba con sus seguidores, un carisma sin parangón al que Brian May atribuye el éxito multitudinario y el favor de la crítica que definieron la trayectoria de la banda.
“Freddie se convirtió progresivamente en el alma de Queen, en el líder perfecto que marcaba tendencias y que dejaba al público completamente aturdido con su poderosa presencia. Ha sido uno de los pocos roqueros que ha logrado conectar con el público por completo, como si sus mentes se fusionaran. Freddie era el intermediario que nos unía a nuestros fans como si fuéramos un solo ente”, reflexionó el afamado guitarrista.
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