Tras poco más de 10 meses, el aquero mexicano Guillermo Ochoa volvió a la actividad con su club Málaga, sin embargo, lo hizo con el pie izquierdo, pues los “boquerones” cayeron 2-1 ante Mirandés en Copa del Rey.
Las hostilidades desarrolladas en el estadio Municipal de Anduva correspondieron al duelo de ida por los dieciseisavos de final en el torneo de Su Majestad, único donde el ex americanista ha encontrado consuelo, pues en la Liga de España fue condenado a la banca desde su llegada para la temporada 2014/2015.
Ante el mal paso que los malagueños arrastran en el campeonato liguero, donde actualmente se encuentran en zona de descenso, la Copa parecía ser una buena opción para levantar cabeza, a costa de un equipo de media tabla que milita en la Segunda División de España.
No obstante, el sueño se les diluyó rápidamente cuando Álex García adelantó al cuadro local al minuto 34, con un zurdazo que venció al tapatío, tras recibir el esférico por parte de Álvaro Corral, en jugada que se gestó en un tiro de esquina.
Con el 1-0 en favor de los “rojillos”, ambas escuadras se fueron al descanso, con una primera parte plagada de infracciones pero muy pocas emociones en las porterías, pues además del gol, el público sólo se levantó de sus asientos con un remate del bielorruso Egor Filipenko, el cual fue rechazado bajo los tres palos (36’).
En la parte complementaria, por fin los “blanquiazules” tuvieron motivos para sonreír, pues el paraguayo Roque Santa Cruz, quien viene saliendo de una lesión en la rodilla, emparejó los cartones 1-1 al 52, con testarazo que entró pegado al poste derecho.
Después del empate, ambos se volvieron a enfrascar en un partido trabado, con varias faltas y uno que otro disparo aislado sin mayor relevancia, así que el técnico de casa, Carlos Terrazas, decidió hacer sus tres ajustes antes del minuto 60.
La apuesta le rindió frutos, pues uno de sus cambios fue el ingreso del marfileño Junior Lago, quien al 68 mandó al fondo de las redes un centro de Marco Sangalli, otro que vino desde la banca para construir la victoria de los “jabatos”.
Ya con el 2-1, el Mirandés se desenvolvió por completo y trató de aumentar su ventaja y en el último cuarto de hora “bombardeó” la cabaña de Ochoa Magaña, quien ganó un poco de confianza al atajar un envío de Daniel Provencio que pretendía colarse por el ángulo izquierdo.
Será el próximo 16 de diciembre que Málaga trate de revertir esta serie adversa, con el apoyo de su gente en la cancha de La Rosaleda y posiblemente, con el cancerbero mexicano de nueva cuenta en el arco, consciente de que una eliminación tempranera acabaría con el resto de su campaña.
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