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Entrevista a Odin Dupeyron

Jessie: Odin Dupeyron, ¿cómo estás?

Odin: Muy bien, contento, contento.

Jessie: Pensaba dos cosas ayer por que estaba viendo los videos de todo este proyecto que vamos a platicar. La primera era, lo voy a decir como es “qué huevos” porque de alguna manera me daba la impresión de que Odin Dupeyron con este fenómeno que ha logrado en el entretenimiento porque también hay que salir ya del teatro y todo. Hay que decirlo como es con A vivir, con 2-22, con lugares llenos, con Auditorio Nacional, 10 mil personas celebrando los 10 años de A vivir, ventas no sólo en la capital sino donde te presentas pues yo decía puede pensarse que está en una zona de confort, es decir Odin ya tiene A vivir, 22-22 y ahí se las va peloteando, él sabe que están llenos, sabe que tiene un público cautivo que además lo consume perfecto y fui testigo de ello. De que terminan las obras, sales a platicar con la gente. La gente podría durarse 5 horas platicando contigo, tienes que decir de alguna manera ya estuvo porque están todo el tiempo y luego dije reestrenar una obra del 95 que se ha puesto dos veces, estar en el Auditorio Nacional y dije ¡Wow! Qué bien porque eso habla mucho de cómo estás reforzando la filosofía que vendes, y dos, habla mucho de que nunca estás en una zona de confort y que hay que tener muchos huevos.

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Odin: Es parte de la receta del éxito que lleva huevos, no sé qué más lleve, pero huevos tiene que llevar a fuerza, es el chiste de la felicidad porque el coraje de hacer las cosas es importante porque puedes aprender mucho. Siempre lo he dicho, no basta saber mucho, no basta ser inteligente, no basta. Necesitas tener el valor para decir lo que tengas que decir, como Galileo Galilei para decir que la tierra se movía alrededor del Sol. Para lograr cosas importantes sí se necesita coraje y valor. Ahora, lo cierto es que soy un impaciente porque ahora que me lo pones así, me da un poco más de miedo, me aviento y me aviento y digo vamos y vamos. Cuando a mí me proponen el Auditorio Nacional, Felipe Radrigán que es el productor que se encarga de Lucas ahora, porque finalmente yo he producido mis propias obras, yo he hecho todo, lo que hago lo hago yo pero ahora no me da tiempo, entonces como viajo mucho necesitaba alguien de confianza que se encargara del proyecto, de conseguir el teatro, de conseguir entrevistas, de todo este rollo que yo ya no puedo hacer y que mi equipo tampoco porque estamos muy ocupados y fue Felipe. Felipe lleva una muy buena relación con el Auditorio Nacional, él se encargó de los 10 años de A vivir pero además lleva varios artistas al Auditorio Nacional y un día que estaba en el Auditorio Nacional y le preguntaron “¿Y qué más traes?” y dijo “Traigo el estreno de la obra de Oddin” y le dijeron “tráetelo” y Felipe dijo “¡Claro!” Y cuando me lo presentó “¡Wow!” porque no era lo que yo había pensado, era como “¡Claro! El Auditorio Nacional” incluso entré en una crisis “¿Y por qué el Auditorio?” O sea, hay que buscar una razón, no nada más porque puedo o porque sí, no nada más porque lo llené una vez, ni pretendo ser ese soberbio, ni pretendo asegurar que lo voy a llenar y ni siquiera estoy seguro que lo vaya a llenar esta vez, pero como te decía antes de empezar la entrevista, hay varios factores que hacen el éxito, está el éxito convencional que todo mundo puede reconocer, “Llené el auditorio” y está el éxito personal que es más importante. Yo podría haber llenado el Auditorio y decir “estoy terriblemente infeliz” y vivir la de porquería porque soy infeliz con mi propia vida. Afortunadamente soy muy feliz si lleno el Auditorio.

Esta función de Lucas, así sea medio Auditorio, así sean 5 mil personas las que lleguen, será un éxito porque es un evento sin precedentes, es un estreno en teatro en el Auditorio y eso no existe. Mas un estreno en teatro con 5 mil personas, unas 4 mil personas tampoco existe. Entonces esto me parece que es un riesgo, que está padre, estoy sorprendido, me vuelve a sorprender que mis seguidores me tengan tanta confianza porque se están vendiendo los boletos para una obra que mucha gente no conoce, muchos sí y es algo que me impresiona de Lucas. La monté hace 22 años y luego otra vez hace 12 años y hay gente que me escribe en Facebook “Me acuerdo perfecto de la obra, qué bueno que la vas a montar nuevamente. Yo me acuerdo que es mi favorita. O sea, me gusta A vivir, me gusta 22, pero Lucas es la que más me gusta de todas”. Y a mí eso me sorprende, que 20 años después la gente pueda acordarse, incluso hay una mujer que me dijo, y me sorprendió, “Me acuerdo de la trama, no me acuerdo exactamente lo que pasaba pero me acuerdo cómo lloré y me acuerdo cómo reí y me acuerdo del amor que sentía en la obra”.

Jessie: ¿Quién es Lucas?

Odin: Lucas es un artista plástico de 40 años bastante reconocido que tiene dos amigos. Vive con su mejor amiga, que se llama Helga, y David. Una noche estas tres personas que se juntan y sucede un evento que es muy natural, que es muy común, pero se convierte en una cosa extraordinaria, en un evento que los va a llevar a confrontarse con ellos mismos. Tiene que venir un lord de Inglaterra para certificar ciertas cosas. Tienen que ser sometidos al escrutinio de una trabajadora social súper estricta que empieza a juzgar su modo de vida, su modo de hacer las cosas y este evento extraordinario. Entre la risa y el llanto, porque finalmente todas mis obras son así, te lleva a reír a llorar a reír de nuevo, empieza a cuestionarlos a ellos mismos y termina cuestionando un poco al público: qué sabemos del amor, qué sabemos de la vida, qué sabemos de los convencionalismos, qué es lo que está mal, de lo que no es normal y, sobre todo, hoy una de las cosas por la que estoy haciendo esta obra de teatro, por las recientes marchas en pro de la familia con frases que me parecen muy válidas, por supuesto, y con todo el derecho a decirlas, pero otras bastante violentas y agresivas, obtusas y arcaicas. Otra cosa es que tengas un punto de vista y lo ejerzas en tu casa y tu familia. Y otra cosa es que tú quieras imponer tu punto de vista a los demás sobre algo, y otra cosa es que tengas un punto de vista ignorante y que quieras que se te respete. Hay gente que de repente dice “Las mujeres son tontas. Es mi punto de vista, respétenme”. Discúlpame no se puede respetar que pienses que las mujeres son tontas, no se puede respetar eso, no es respetable, pues es mi forma de creer la gente. La gente se escuda mucho ante eso, pero a veces es absurdo, es como yo pienso pues si está bien violar niños respétenme. Eso no es respetable, no se puede respetar tienes que entender que aunque sea tu punto de vista no siempre va ser respetable pero en ese sentido creo que sabemos muy poco, de repente del amor, de cómo somos, cómo seres humanos, de nuestra propia esencia. Esa naturaleza humana amorosa, porque el amor, así como la normalidad, como todas las emociones, va cambiando con los años. La realidad se va adaptando a las épocas, a lo que conocemos, a nosotros mismos, a cómo vamos evolucionando. Hace mucho tiempo era normal que la mujer no sólo no votara, para la iglesia la mujer no tenía alma, era normal que pudiera ser dueño de una tierra y abusar de cualquier mujer dentro de ella, se llamaba derecho de pernada. Si tenías una mujer en tu tierra antes de que se casará tú podías tener sexo con ella porque era normal estaba en las leyes.


Hoy no hoy, afortunadamente la mujer tiene que querer y tiene el derecho de decir no. Hoy eso es normal, pero antes no lo era pues así vamos cambiando y vamos evolucionando antes no era así pues vamos cambiando, y vamos evolucionando, de repente la gente dice antes eso no era así pero es que antes no sabíamos muchas otras cosas.

Ahora tenemos este gran bistec padrísimo porque ahora tenemos sensaciones nuevas, emociones nuevas, nuevas formas de pensar y vamos dando con el tiempo y necesitamos ser progresistas sobre todo en el adentro, sabes, me parece que vivimos una época donde podemos estar aquí en el radio, nos pueden estar oyendo, podemos mandar correos. Y nos vemos por el relojito y seguimos atorados en emociones primarias. No puede ser que tú veas una obra de Shakespeare y los celos y cómo este hombre mata la mujer por celos y siga siendo igual de vigente hoy, que no hayamos avanzado en nada, que sigamos siendo prejuicios, así que sigamos siendo mojigatos después entender que no los ha dado nada en la historia del mundo después de la Inquisición, después de la persecución de los judíos, después de la historia con los negros, no puede ser que sigamos en lo mismo, no puede ser tengamos toda esta tecnología y sigamos siendo unos escuincles infantiles absurdos por dentro. Me parece que es absurdo y que alguien tiene que decir al respecto y Lucas dice eso.

Odín: No es un monólogo y es una obra de teatro además que tiene, no sabes que feliz estoy, tengo cambios de ropa, sabes, entro y salgo de escena otra vez; yo estuve un ratito afuera y se quedan actores adentro, la neta es que estoy muy contento de estar compartiendo además con amigos, porque tenemos en la función del Auditorio, me va acompañar Mauricio Ochmann.

 

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