Opinión

Eternos estudiantes tanto en pandemia como en lo presencial

A sus 6 años de edad, Martha, una niña que estudia en el Estado de México, ya identifica que está tensa. “Me siento muy estresada, sobre todo con las tareas de la escuela. Antes podía salir con mis amigos, ahora no”.

No es muy diferente a lo que dice Violeta, estudiante de la maestría en Comunicación de la Universidad Iberoamericana, que participó en la iniciativa Bitácoras de Pandemia: “El cansancio me colocó en un círculo vicioso, me acostaba pensando en todo lo que tenía que hacer o todo lo que tenía pensado acabar, como si mi cerebro fuera incapaz de apagarse”.

No importa cuál sea tu edad, tu nivel educativo, cuánto tiempo te falte para acabar tu meta o si eres un eterno estudiante; la pandemia ha resultado agotadora. Previo al Día del Estudiante es necesario hacer notar que estamos frente a una generación realmente innovadora que ha buscado todos los métodos habidos y por haber para no dejar su formación, y esto, seguramente, ha afectado su salud mental.

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Este jueves, durante la presentación de su Informe 2020, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó que era urgente volver a las aulas para evitar la pérdida de aprendizajes y el abandono permanente de muchas y muchos alumnos. Mientras que, tras el proceso de vacunación de maestros, en entidades como la Ciudad de México, se plantea un posible regreso a clases escalonado el próximo 7 de junio.

¿Qué retos traerá este nuevo cambio a la paz y tranquilidad de las y los estudiantes? Seguramente, pequeñas y pequeños como Martha estarán felices de ver a sus amigos, aunque sea a Sana Distancia y con cubrebocas. Otras personas, como Violeta, tendrán que reorganizar de nuevo sus rutinas para contemplar sus traslados y sus tiempos de descanso.

Aunque el estrés, el insomnio, la ansiedad que han generado el confinamiento pueda disminuir con esta medida, tendremos que estar preparados para los nuevos retos en el bienestar emocional de las y los alumnos. Se transformará, nuevamente, la manera de ver la vida académica. Tendremos que fortalecer nuestro autocuidado y medidas de prevención, enfrentarnos a la tensión familiar porque un nuevo integrante de la familia deberá salir constantemente.

Ante cualquier escenario, tenemos que prepararnos mental, emocional y físicamente. Comenzar a imaginar posibilidades, a delinear planes y siempre recibir acompañamiento profesional.


En el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México hemos reforzado la atención psicológica durante la pandemia y no dejaremos solas ni solos a quienes lo necesiten en el regreso a las actividades académicas para poder enfrentarlo con firmeza.

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