María Elena Ferral explicó en su columna “Polaca Totonaca” por qué meses antes de definirse las candidaturas de cara a 2021 en esa región fueron asesinadas tres personas, dos de ellas, potenciales aspirantes a la alcaldía de Gutiérrez Zamora. Las víctimas fueron: Alberto René Cancino Álvarez, Martín Villanueva Malpica y José Ramón Pérez Cano.
La periodista atribuyó estas muertes al Grupo Totonacapan. “Esto que se observa es apenas el comienzo de la lucha por el poder, de aquellos caciques que no se detienen ante nada, ni ante nadie”, escribió.
A diferencia del pasado, Ferral ya no sólo escribiría de las elecciones en cada una de sus columnas, sino que sería protagonista. Había aceptado ser candidata a gobernar este municipio donde nació en 1968. Así que toda la información acumulada y su influencia en los diferentes círculos la convirtieron en un adversario de alto riesgo para los políticos que aspiraban a gobernar Gutiérrez Zamora, pero también otros municipios del Totonacapan.
El análisis que apareció en sus columnas los últimos meses antes de su muerte, volvió a ser un presagio, pero esta vez de la suya. El 12 de marzo de 2020 la periodista escribió: “En este nuevo escenario político, la lucha por el poder será encarnizada (…) y sin lugar a dudas habrá más crímenes políticos en esta región”.
Tres días después de la publicación, el 15 de marzo, Basilio Picazo compartió en su Facebook un post de María del Carmen Álvarez Santiago, quien escribió: “Ella es María Elena #Fecal, perdón, María Elena Ferral”.
Álvarez fue titular del Instituto Municipal de la Mujer en Coyutla, en el gobierno del sobrino de Basilio. Funcionarios de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas (CEAPP) sostuvieron a Alianza de Medios MX que Ferral documentó y reportó cómo la funcionaria emprendió una campaña de desprestigio en su contra.
El mismo 15 de marzo de 2020, María del Carmen Álvarez se refirió a Ferral como “Hija de perra”. Picazo respaldó el post con un “Me gusta”. El 17 de marzo ambas discutieron en la red social y, además de intercambiar descalificaciones, advirtieron con denunciarse.
Catorce días después Elena fue interceptada y asesinada por dos hombres frente a una notaría de Papantla, de la cual fue titular Donaciano Cobos Nava (fallecido en octubre d 2021), padre de Donaciano Cobos Gutiérrez, quien meses más tarde estuvo frente del grupo de activismo político del Partido Verde en esa ciudad.
Ferral recibió tres impactos de bala que perforaron su hígado y pulmones. Murió después de horas de agonía en el hospital regional de Poza Rica. María del Carmen Álvarez compartió la transmisión en vivo del crimen y dos días después, el 1 de abril, consignó en su red social: “Ni modo”. Alianza de Medios MX buscó a María del Carmen Álvarez para conocer las razones de su repudio a Ferral pero no respondió.
Los 52 días
El 7 de mayo de 2020, Verónica Hernández, fiscal general de Veracruz, confirmó que fueron giradas órdenes de aprehensión contra 11 personas presuntamente involucradas con el crimen de Ferral. Uno de ellos, Basilio Picazo, como autor intelectual del crimen.
Ferral, dijo entonces, fue asesinada “por su labor periodística”. Seis hombres ya fueron detenidos, entre ellos un reportero, José “N”, quien fue señalado por facilitar información a un grupo criminal que asesinó a la periodista.
A lo largo de 52 días, cinco personas fueron asesinadas en Zamora y Papantla. Dos líderes taxistas, con un poder importante en la zona y tres aspirantes a la alcaldía zamoreña, incluida la propia María Elena.
El primer hecho fue el asesinato del líder taxista Carlos de Jesús Sánchez, le confirmaron a Ferral sus fuentes. Después de este ocurrieron los de Alberto Cancino, Martín Villanueva, José Ramón Pérez Cano y por último el suyo. Estos cinco crímenes son investigados por la Fiscalía de Investigaciones Ministeriales, a cargo de Marcela Aguilera Landeta. Ninguno ha sido esclarecido. La funcionaria tampoco aceptó informar sobre estos crímenes para Alianza de Medios MX.
El 6 de febrero de 2020, Carlos de Jesús Sánchez, representante de la Unión de Taxistas del Estado de Veracruz (UTEV) fue privado de su libertad y luego encontrado sin vida, semidesnudo y con un disparo en la cabeza, en una playa de Tecolutla, municipio conurbado a Gutiérrez Zamora.
La razón de su crimen, escribió Ferral, fue que el 16 de octubre de 2019, De Jesús Sánchez y Martín Villanueva —quien tenía un cargo mayor en la UTEV—, hicieron público su respaldo político a Ramón Pérez Cano, entonces dirigente municipal del PVEM y virtual candidato a la alcaldía en Zamora.
Otro joven que también se promovía como candidato a alcalde de Zamora por Movimiento Ciudadano (MC), era René Cancino, secretario particular del ex alcalde Wilman Monje, quien llegó al poder por el mismo partido. Cancino también era sobrino político de Elena Ferral.
La noche del 19 de febrero de 2020, Cancino con 27 años de edad, fue baleado en la entrada de su domicilio. Minutos más tarde falleció en la clínica San Lucas, en Zamora. Sólo dos días después, el 21 de febrero, Martín Villanueva –líder del PVEM–, fue plagiado y posteriormente encontrado sin vida con disparos en el pecho en un vehículo abandonado en la colonia Lomas de Plata, en Papantla.
“Un regidor le dijo a Villanueva que las dos organizaciones de taxis que representaba (UTEV y CODI), tenían que alinearse a otro grupo de taxistas (Juntos por la Sierra, que encabeza Basilio Picazo)”, detalló una fuente que participa en la investigación del caso Ferral.
Villanueva fue otra de las personas que llamó a Ferral ante la sospecha de que estaba en riesgo. Cinco días antes de su muerte la citó en su domicilio de Papantla. Le contó que había recibido una amenaza de muerte del regidor de ese municipio, Efraín Rivera Hernández, del Grupo Totonacapan.
De acuerdo con las columnas de Ferral, Picazo ya operaba en Papantla —donde apoyaría la campaña de Octavio Tremari—. Había conseguido el respaldo de casi todas las agrupaciones de ruleteros, salvo las dos que representaba Villanueva y una tercera liderada por Reveriano Pérez, “El Pelón”. Eran tres grupos de taxistas contra Basilio y, en consecuencia, adheridos a los proyectos de Morena y el PVEM.
El 25 de febrero, Ferral asistió a una junta de seguridad en Papantla donde habló con el gobernador Cuitláhuac García. Allí, le advirtió al mandatario de los tres crímenes que ya sumaban hasta entonces, y al igual que en la columna que pronto escribiría, ligó lo ocurrido al Grupo Totonacapan. Ahí mismo, la periodista confesó al mandatario estatal su intención de contender por Gutiérrez Zamora.
La mañana del 5 de marzo de 2020 fue asesinado el dirigente del PVEM, José Ramón Pérez Cano, en un taller mecánico de Zamora.
Operación de un crimen
El asesinato de Elena Ferral quedó registrado en la grabación de un comercio de Papantla. Allí también fueron captados los rostros de dos testigos presenciales. Uno de ellos, Emmanuel Marut Sangreal, conversó por varios minutos con ella hasta que dos motociclistas la atacaron a quemarropa.
Emmanuel Marut aparentemente se careó con los dos asesinos; luego subió del lado del copiloto a un vehículo Jetta y se marchó del lugar, sin ayudar a la periodista o avisar a sus familiares, a quienes conocía. Este personaje, que prácticamente huyó, le ofreció a la periodista contender por Zamora por el PRI, siempre y cuando él fuera incluido como regidor primero en su planilla.
Toda esta escena marcó el comienzo de una investigación que terminó por revelar nexos de 11 presuntos implicados con el Grupo Totonacapan, pero también la forma en que cada uno habría participado en el crimen de Ferral.
Emmanuel Marut fue contactado por Alianza de Medios MX, quien dijo: “No podría abordar mucho sobre el tema. He sido muy respetuoso y lo que me correspondía colaborar con la fiscalía lo hice hace tiempo y forma, como me fue requerido para atestiguar… Elenita fue una gran mujer que admiraba y agradezco que siempre me apoyó con sus medios. Mi respeto siempre para los medios de comunicación, eso siempre lo he tenido presente, más en la época que estuve de político. Ahorita ya me retiré de temas de esa índole”.
Uno de los sospechosos, quien aún no ha sido imputado por este asesinato, pero es investigado por la SSP, es Pedro Martínez Castillo, ex delegado de la Fuerza Civil en Papantla con el distintivo “Apolo”. Él, -confirmaron familiares de Ferral-, sostuvo una relación sentimental con la periodista, quien le envió su ubicación en tiempo real y avisó que realizaría una diligencia en la notaría de Papantla donde fue acribillada, de acuerdo con una declaración rendida el 6 de abril de 2020, carpeta de investigación 016/PC/2020.
Alianza de Medios MX solicitó una entrevista con el titular de la SSP Veracruz, Hugo Martínez Maldonado, pero la solicitud no fue atendida.
Martínez Castillo fue designado como delegado de la Fuerza Civil de la Región Cuarta en octubre de 2019. “En el mes de noviembre del mismo año Elena Ferral le andaba pegando a la Fuerza Civil (publicando notas contra la corporación) y un conocido me recomendó conocerla, (me dijo) que ella era la que controlaba a todos los periodistas de Papantla y ya, que estuviera tranquilo. Quien me la recomendó se llamó Martín, quien ya está muerto y era representante de los taxis de la asociación UTEV”, declaró el mando policial.
La persona que contó a Apolo sobre Ferral fue Martín Villanueva. “Apolo” agregó que días más tarde se reunió en su oficina con Ferral y Villanueva y acordaron trabajar en coordinación. Para diciembre de 2019, agregó, él y Elena iniciaron una relación sentimental.
“Desde que la conocí ella me empezó a poner los asuntos de objetivos, refiriéndome a malandros o malos y se solucionaron varios casos como son homicidios, tal es el caso del ‘Mo’, quien está detenido en el Cereso de Papantla”, declaró.
Fernanda Ferral se refirió a la relación de su madre con el delegado de la Fuerza Civil como riesgosa, debido a los casos que la periodista investigaba por su cuenta y porque, a pesar de que Ferral le confió a Apolo sus problemas con el Grupo Totonacapan, especialmente con Picazo, ellos se reunieron de manera privada, algo que el funcionario reconoció en su declaración.
Primero, dijo, Basilio se presentó en su oficina para solicitarle vigilancia en uno de sus ranchos donde había reportes de robo de ganado. En esa ocasión Basilio, contaron fuentes policiales, le regaló a “Apolo” un guiso de tusa, conocido en la región como “toche”, una especie mamífera exótica.
“Elena mencionaba que con Basilio tenía problemas y que la quisieron matar; y señalaba a Basilio y decía que eran asesinos, que eran malos. Por eso no le hice mucho caso cuando me fue a visitar”, declaró Martínez Castillo. Ante la pregunta del ministerio público. —¿Lo investigó? — contestó: “No, porque ella me decía que la había mandado a tumbar y ya no le moví”.
Pese a este señalamiento, Martínez reconoció que el 2 de marzo de 2020 (28 días antes del asesinato de Ferral) estuvo presente en Coyutla, cuando Picazo fue nombrado presidente de la Asociación Ganadera. El policía fue parte de la mesa de honor donde también estuvo presente el entonces alcalde Antonio Picazo.
El día que Ferral fue asesinada, declaró “Apolo”, ella le avisó que acudiría a la notaría de Papantla, porque el también notario Donaciano Cobos (hijo) le había pedido que controlara a dos reporteros, “el de la Opinión de Poza Rica (José “N”) y el gordo que yo identifico como Olmedo”. Elena, como solía hacerlo, envió su ubicación al delegado vía WhatsApp.
“También me comentó que ya la habían puesto con los del Cártel de Jalisco Nueva Generación, por una moto que mi gente había detenido en días anteriores, a lo que le dije que donde estaban para ir a ponerles en su madre y me dijo ‘al rato te platico’”. Minutos más tarde fue acribillada.
La hija de la periodista cuestionó la manera en que “Apolo” justificó llegar media hora después al lugar donde mataron a Ferral. “Él dijo que en esa ocasión conducía la patrulla, algo que nunca solía hacer. Además, del lugar donde él estaba a donde mataron a mi mamá pudo recorrerlo, sin problemas, en 10 minutos. Pero no fue así, tardó más de 30″, aseveró Fernanda Ferral.
Martínez Castillo contó que al llegar a la escena del crimen solicitó cámaras de seguridad en un negocio de la zona y tras identificar a los dos testigos presenciales los siguió hasta Gutiérrez Zamora. Dijo que detuvo a uno de los testigos, Guillermina Arbona Pérez, pero tras una llamada con su superior y “descuidos de los policías a su cargo”, la mujer ingresó a su vivienda y no pudo consignarla ante un juez por no contar con una orden de aprehensión.
Guillermina Arbona, quien conducía el Jetta que abordó su amigo Emmanuel Marut, es hermana de Daniel Arbona, abogado zamoreño. Guillermina publicó en sus redes un video en el que señalaba a la Fuerza Civil de haberla privado de libertad, al igual que a Daniel Arbona. Ambos fueron liberados momentos después.
En el video, Guillermina asegura que su único error fue haber estado en la hora y el lugar equivocados. “Sucedió un hecho lamentable, estoy en contra de todo lo que hayan hecho. Soy una persona inocente (…) Inclusive regresé a ayudar a Elena Ferral”, escribió. Pero esa supuesta ayuda nunca quedó grabada en las cámaras de seguridad.
La familia Arbona tiene relación con la administración estatal. Existe una fotografía de Daniel Arbona y el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, tomada en Zamora el 25 de febrero de 2020, justo en la entrada de la vivienda del abogado.
Otra persona clave en la investigación, que no ha sido capturado, es Ernesto Zavala. Él era el dueño de una motocicleta Cargo Honda, que elementos de la Fuerza Civil aseguraron por contar con reporte de robo el 27 de marzo de 2020 (tres días antes del asesinato de Ferral).
Ese mismo día, contó Fernanda Ferral, su madre recibió una llamada de Zavala para pedirle que intercediera por él y así el vehículo le fuera devuelto por la autoridad. Ella se negó.
Ernesto “Neto” Zavala también tiene relación con otra moto marca Cargo que fue empleada para asesinar a Ferral. Ese vehículo, confirmaron fuentes ministeriales, estaba a nombre de Lucía Pérez Cano, su esposa, quien además era hermana de José Pérez Cano (asesinado en Zamora en marzo de 2020).
Lucía Pérez y Ernesto Zavala son dueños de las tortillerías “Lucy”, negocio ubicado en Papantla. El propio comandante “Apolo” advirtió en su declaración que “las motocicletas de la Tortillería Lucy las paraban sus elementos porque había menciones anónimas de que ellos distribuían droga en esos vehículos”.
Otra persona que trabajó en la tortillería Lucy fue Otoniel “N”, alias “El Loco”, detenido por el asesinato de la periodista. Presuntamente él manejaba la moto Cargo que fue usada para cometer el crimen de la reportera. La persona que acompañaba a Othoniel “N” y que habría disparado un arma calibre 45, es Carlos “N”. Autoridades estatales lo relacionan con el asesinato de cinco personas (integrantes de una familia) acribillados el 3 de abril de 2020 en Papantla, sólo cinco días después del asesinato de Ferral.
Por la muerte de Ferral, Carlos “N” también fue capturado en un operativo en Poza Rica, el 27 de abril de 2020. Junto a esta persona fueron detenidos: Alfredo “N”, alias “El Fello”, Nicasio “N” y Luis “N”, alias “El Coco”.
Una persona importante en la investigación, también prófugo, es Jaime Núñez Aróstegui, alias “El ingeniero”, quien, revelaron fuentes policiales, sería el dueño del arma que accionaron contra Ferral y es líder de un grupo de asaltantes y sicarios en esa región; además trabajó en el Ayuntamiento de Papantla en la dirección de Obras Públicas, en el gobierno de Mariano Romero.
La lista de prófugos la completa Luis Ángel “N”, alias “La Wicha”. Luis Ángel también es integrante del grupo presuntamente liderado por Jaime Núñez y está relacionado al multihomicidio de la familia en Papantla, del 3 de abril de 2020.
A estos nombres se suma el de Efraín Rivera, ex regidor séptimo en Papantla. Él es un líder taxista que pertenece al grupo político de Picazo, quien impulsó su carrera. Rivera dirigió la comisión de Tránsito y Vialidad y fue detenido en flagrancia el 25 de abril de 2020 por la posesión de armas de uso exclusivo del Ejército.
Un año después, el 15 de mayo de 2021, a Rivera le fue ejecutada una orden de aprehensión por el asesinato de Ferral cuando salía del penal federal de Villa Aldama. Esta acción fue gracias a la presión de Fernanda Ferral, quien no ha dejado de pedir justicia por su madre.
Después de más de 35 años de ejercicio periodístico, a sus casi 52 años, María Elena Ferral no tenía casa propia y era común que el dinero escaseara. Soñaba con comprar una casa junto al río Tecolutla, pero eso sólo podría ocurrir después de que su hija Fernanda, de 25 años, se graduara como abogada, y su pequeño hijo Luis como médico. Pero ahora está muerta.
* Migue Ángel León Carmona
Alianza de Medios MX, de la que Publimetro forma parte
ANEXO
Las predicciones cumplidas
Lo predicho por María Elena Ferral en sus columnas terminó por cumplirse. A más de un año de su asesinato, y con los presuntos autores intelectuales libres, nueve políticos ligados a la red de vínculos salieron del anonimato y no sólo eso, compitieron en 2021 por alcaldías, diputaciones locales y federales.
De Basilio Picazo nadie sabe. Pero su hermano, Benito Picazo, encontró alojamiento en Movimiento Ciudadano. Fue candidato a la alcaldía y ganó. El 1 de enero de 2022 sucedió a su hijo, Antonio. La dinastía acumulará cinco administraciones en 24 años, de los cuales 19 han sido controladas totalmente por el clan. En la administración de Benito Picazo, María del Carmen Álvarez Santiago fue nombrada directora de la lengua Tutunaku.
Los presagios de la periodista sobre la familia Romero fueron sorprendentes. Marcos Romero contendió por la alcaldía de Tecolutla como abanderado del PRD. El cacique fue desplazado hasta el tercer lugar. La ganadora fue Gabriela Valdez Santes, de la coalición Juntos Haremos Historia.
Pero no todo fue adverso para esta dinastía. La hija de Marcos Romero, Perla Romero, obtuvo una diputación local por el PRD, por la vía plurinominal. La sorpresa llegó tres días después de que ella tomó protesta, el ocho de noviembre de 2021, cuando anunció que abandonaba la fracción perredista para sumarse a la de Morena. El anuncio lo presumió el líder de esa bancada, Juan Javier Gómez Cazarín. Desde entonces, Perla Romero se ha reunido con funcionarios del gabinete de Cuitláhuac García; el 17 de enero lo hizo con la secretaria del Trabajo, Dorheny Cayetano.
Mariano Romero, el sobrino, solicitó licencia como alcalde de Papantla en febrero de 2021 para contender, como adelantó Ferral, por la diputación federal por la alianza PAN-PRI-PRD. Los resultados tampoco le favorecieron, pues el ganador fue Jaime Huberto Pérez Bernabé, de Morena.
Mariano, paradójicamente, contendió en ese distrito contra Fernanda Ferral, hija de María Elena y candidata del Partido Verde, y contra Blanca Ninfa Cruz Nájera, candidata de Redes Sociales Progresistas, pero también madre de Alberto Uriel Pérez Cruz, uno de los tres jóvenes que la policía de Papantla (cuando Marcos Romero era el alcalde), desapareció en marzo de 2016.
En Papantla ocurrió otra anécdota. Octavio Tremari Gaya solicitó licencia como secretario de ese ayuntamiento y fue el candidato de la alianza PAN-PRD-PRI. Perdió contra el candidato de Juntos Haremos Historia, Eric Domínguez, ex diputado local por Morena que encabezó el grupo opositor al Totonacapan y tomó protesta el pasado 1 de enero.
En Tecolutla, el ex alcalde Juan Ángel Espejo Maldonado, aliado de los Romero, se inscribió como candidato a la diputación federal por Martínez de la Torre; esta vez no como abanderado de MC, sino de la alianza PAN-PRI-PRD. El triunfo fue para Morena y Mónica Herrera Villavicencio. Se trató de un triunfo holgado, donde el partido en el gobierno pudo ganar sin necesidad de aliados.
En Gutiérrez Zamora, se inscribió como candidata a alcaldesa por MC, Teresa Álvarez, madre de Alberto René Cancino, uno de los cinco asesinados en los 52 días violentos en esa región. Ferral dijo que René Cancino sería el abanderado de MC por ser afín al actual alcalde William Monje. El triunfo fue para la alianza Juntos Haremos Historia, con una ventaja de dos a uno.
En Coxquihui las cosas tampoco cambiaron. Allí contendieron dos integrantes de la familia de Reveriano Pérez, “El Pelón”: su esposa, Claudia León Mejía por Juntos Haremos Historia y su hermano, Fernando Pérez Vega. El triunfo fue para el hermano, candidato de Fuerza por México. La contienda fue una de las más violentas en Veracruz, marcada por robo de urnas y balaceras. Fue necesario que las casillas fueran trasladadas y recontadas en Xalapa.
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