Hay un efecto negativo en la gobernabilidad, aunque sea mínimo, cuando un funcionario de alto perfil deja sus responsabilidades para buscar otro cargo e iniciar la promoción de su figura en búsqueda de la simpatía popular —como ocurre con al menos 20 dependencias estratégicas—, advirtió Ángeles Estrada, directora ejecutiva de la Iniciativa de Transparencia, Corrupción y Digitalización del Tecnológico de Monterrey (ITAC).
La académica explicó que existe otro riesgo por considerar, pues el desconocimiento ciudadano de la trayectoria de la nueva figura a cargo de un organismo puede ser la puerta de entrada a posibles actos de corrupción o, en un caso menos grave, también merma la confianza institucional
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La separación del cargo es una práctica usual en la política mexicana, particularmente en años electorales; no obstante, una pregunta frecuente en estos casos es saber si se entorpece la administración pública o si, de alguna manera, se modifica el proyecto de gobierno, por lo que Publimetro contactó a la investigadora Estrada para tratar de resolver estas dudas.
Cabe destacar que las renuncias o solicitudes de licencia de este periodo iniciaron meses antes de lo que establece la ley, pues tanto el oficialismo como la oposición realizaron procesos internos que obligaron la salida de muchos funcionarios y se advierte la salida de otros más.
Los que ya se fueron y su reacomodo
1.- Claudia Sheinbaum (Morena) deja la jefatura de gobierno para ser la coordinadora de la 4T. En su lugar queda Martí Batres.
2.- Ricardo Monreal (Morena) deja el Senado de la República para ahora ser el coordinador de Organización y Enlace Territorial de Claudia Sheinbaum; lo que representa el abandono de su escaño y la coordinación de Morena en la Cámara Alta y la presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo). En su escaño quedó Alejandro Moreno Rojas y Óscar Eduardo Ramírez Aguilar ocupa su lugar en la Junta.
3.- Gerardo Fernández Noroña (PT) deja su puesto como diputado federal a cambio de ser vocero y vínculo con organizaciones sociales y civiles de la 4T. En su puesto quedó Francisco Javier Guerrero Varela.
4.- Adán Augusto López (Morena) deja la Secretaría de Gobernación (Segob) para ser el nuevo coordinador político de Sheinbaum Pardo. En su lugar quedó Luisa María Alcalde, quien, a su vez, tuvo que dejar la titularidad de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) y en esta última nombraron a Marath Baruch Bolaños López.
5.- Marcelo Ebrard (Morena) deja la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). En su lugar quedó Alicia Bárcena Ibarra.
Cambios que pueden seguir
1.- Omar García Harfuch (Morena) anunció que busca la jefatura de gobierno de la CDMX, por lo que renunció a la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
2.- Clara Brugada Molina (Morena) anunció que busca la jefatura de gobierno de la CDMX, por lo que pidió licencia como alcaldesa de Iztapalapa.
3.- Ignacio Mier Velazco (Morena) anunció que buscará la gubernatura de Puebla, por lo que tendría que dejar su diputación federal, lo cual incluye la coordinación de la bancada de Morena en San Lázaro.
4.- Alejandro Armenta Mier (Morena) anunció que busca la gubernatura de Puebla, por lo que tendría que dejar su lugar en el Senado de la República.
5.- Sergio Gutiérrez Luna (Morena) anunció que busca la gubernatura de Veracruz, por lo que tendría que dejar su diputación federal.
6.- Rocío Nahle García (Morena) anunció que busca la gubernatura de Veracruz, por lo que tendría que renunciar a la titularidad de la Secretaría de Energía (Sener).
7.- Verónica Noemí Camino Farjat (Morena) anunció que va por la gubernatura de Yucatán, por lo que dejaría su senaduría.
8.- Mónica Fernández Balboa (Morena) anunció que va por la gubernatura de Tabasco, por lo que dejaría su senaduría.
9.- Antares Guadalupe Vázquez Alatorre (Morena) anunció que va por la gubernatura de Guanajuato, por lo que dejaría su senaduría.
10.- Xóchitl Gálvez (PAN) anunció que aspira a la presidencia de México, por lo que tendría que dejar su lugar en el Senado, pero aún no lo ha hecho.
Siempre serán diferentes las variables en cada caso, abundó Ángeles Estrada; sin embargo, existen constantes que se deben de contemplar, pues, como la persona funcionaria deja de responsable a alguien ‘nuevo’, éste estará sujeto al escrutinio público y se le comparará con quien está supliendo; asimismo, parte del criterio ciudadano sobre el ahora candidato dependerá en el desempeño de su relevo.
Los cambios de cabeza en un órgano afectan en la operatividad del mismo, por ello, cuando se cambia de gobierno, hay un periodo de transición, donde el equipo entrante es instruido para ejercer las responsabilidades del saliente; sin embargo, ante la celeridad manifestada en este periodo en particular, la ciudadanía debería de estar al pendiente de la eficacia de los relevos.
El efecto electoral
Por el otro lado, también existe la posibilidad de establecer un juego e “ganar-ganar” para el funcionario que deja el cargo, pues si el suplente tiene un mal desempeño, la ciudadanía podría pensar que el candidato lo hacía muy bien en relación a su suplente; y si el suplente tiene un buen desempeño, se pensaría que el candidato se rodea de gente competitiva.
¿Morena se adelantó a renunciar o el PAN se empeñó en no perder poder?
El contexto actual es inédito en relación a procesos anteriores, pues el andamiaje electoral contempla la separación de puestos a partir de noviembre para los procesos de precampaña; sin embargo, éstos ocurrieron desde junio, pero sólo del lado de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), mientras que los aspirantes del Partido Acción Nacional (PAN) y Partido Revolucionario Institucional (PRI) continuaron con su proceso interno desde el poder.
Al respecto, la investigadora apuntó que ambos procesos fueron una violación al proceso electoral y, para intentar legitimarlo, tanto Morena como el Frente Amplio por México (FAM) inventaron figuras y recurrieron a vacíos legales para promover a su “coordinadora” de la Transformación y a su “responsable” del Frente, lo cual no son más que eufemismos para las futuras candidatas a la presidencia.
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No obstante, destacó, cada bando vulneró sus responsabilidades de manera diferente. Mientras Morena afectaba su operatividad al cambiar algunos cargos públicos estratégicos, el PRI y el PAN lo hacía al poner a los funcionarios a tener dos trabajos: el cargo por el cual fueron votados y, al mismo tiempo, promoverse para ganar su proceso interno.
Particularmente con los tres finalistas del FAM, Xóchitl Gálvez (PAN), Beatriz Paredes (PRI) y Santiago Creel (PAN), fueron objeto de críticas al no solicitar licencia de su trabajo como legisladores federales mientras buscaban ser el responsable del Frente. Con esto, sus funciones se vieron afectadas, pues los aspirantes se tenían que ‘partir en dos’ para poder contender y legislar.
Finalmente, destacó que se debe cuestionar el dinero con el que se patrocinaron estas actividades, pues se desconoce la procedencia de éste o su dispersión desagregada; asimismo, abrió la posibilidad de cuestionar si estos recursos pudieron implementarse en la administración pública o no.
Al respecto, el proceso del FAM, que no se ejecutó como habían prometido, dejó una mala impresión diferente, pues su pragmatismo político hizo que no realizaran el último proceso consultivo, algo que se tenía previsto para hacer valer la voluntad popular y, sin embargo, desde las cúpulas del PRI y el PAN, se optó por definir rápidamente a Xóchitl Gálvez como la responsable del Frente.
Entonces, concluyó, todos estos factores van a influir en la toma de decisiones de la ciudadanía para ejercer su voto; sin embargo, reconoció que no todo está definido, pues los electores tienden a olvidar estas prácticas con el pasar del tiempo.